La novela negra perdió a Henning Mankell

La novela negra perdió a Henning Mankell

El pasado lunes 5 falleció en Gotemburgo, Suecia, a los 67 años el prolífico intelectual y formidable escritor de novela negra Henning Mankell, fulminado por un cáncer pulmonar que le hizo metástasis y lo llevó a vivir en precarias condiciones, pero pudo terminar su última obra Arenas Movedizas en donde, en una especie de autobiografía, narra el desarrollo de su enfermedad.

Mankell fue un intelectual comprometido con las causas de los marginados. Tan solo hace unos cinco años participó en la flota de la libertad que era un convoy de barcos que se presentó en la Franja de Gaza para denunciar el bloqueo naval que Israel le impuso a los palestinos, produciéndose severos enfrentamientos con un balance de nueve muertos y decenas de heridos y muchas detenciones, entre ellos el autor sueco, que cuando un oficial israelita lo reconoció, le dijo que era un apasionado de sus obras y Mankell le dijo que iba a requerirle a su editor sueco que no se publicaran sus obras en idioma de Israel.

La bibliografía de Mankell es amplia, abarca no solo su formidable serie de novela negra con su héroe Kurt Wallander, sino obras de teatro, de literatura infantil y una serie de novelas de denuncias y defensa de los inmigrantes africanos, que títulos como Tea Bag (Bolsa de Te), narra la odisea de una inmigrante negra que logra introducirse en Europa a través de España, y como preludio de la avalancha actual de inmigrantes, recorre parte de Europa terminando en Suecia y triunfa sobre todas sus adversidades.
Las ventas de sus obras alcanzan los 40 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo, en donde su serie policíaca de doce títulos es la más atractiva que narra los casos de Kurt Wallander, en donde hay uno que se inicia en un campo de Santiago con el nacimiento de una niña, cuyo padre, de nombre Pedro Santana, ve morir a la madre y la niña crece bajo el cuidado de él y le regala una medalla de la virgen de La Altagracia. Esa narración rebelaría que Mankell estuvo de visita en el país como uno más de los millares de turistas nórdicos atraídos por las playas dominicanas. El título de la novela es La Falsa Pista, que es sobre la trata de blancas en Suecia, y el suicidio de la jovencita, se inmola pegándose fuego en un campo de colza, para dar inicio a una investigación que acapara la atención del lector por las implicaciones que se denuncian sobre el mundo político sueco.

La atracción de Mankell durante toda su vida fue África, pudo compartir sus actividades intelectuales entre Suecia, viviendo seis meses en su país, y seis meses en Mozambique, en donde dirigía el teatro Maputo que presentaba sus obras. Varios títulos de sus novelas es acerca de temas y personajes africanos, basándose en una temática del trajinar diario de una raza aplastada por el colonialismo europeo.

Mankell inició en 1991 su exitosa serie de doce títulos del detective sueco Kurt Wallander en la ciudad de Ystad, Suecia, que es visitada, después de iniciada las novelas, por cientos de turistas para hacer el recorrido que fueron los lugares de los hechos narrados en cada novela que se inician con Asesinos sin Rostros y termina con El Hombre Inquieto pero culmina como un apéndice, Huesos en el Jardín, que era el lugar donde Wallander quería comprar su casa para su retiro.

Mankell nos presenta sus personajes de carne y hueso, con sus problemas personales con la pareja, con los hijos, con la bebida, de enfermedades, falta de dinero, pero todos con una mente brillante para enfrentar los casos criminales que les toca resolver con una investigación a fondo que obligan a razonar arduamente para llegar al meollo del delito, que se plantean en el argumento de cada una de sus novelas, atrapando al lector desde el inicio, sin súper héroes, permitiendo que los personajes sean creíbles sin las fantasías de otros escritores de novela negra, que en cierta forma los mejores de ellos han seguido, en los pasados 20 años, esa línea de acción de policías investigadores, muy humanos, con fortalezas y debilidades y apasionados de las cosas comunes, unos muy bebedores y deleitados con buenos vinos y platos gourmet, y otros que se satisfacen con hamburguesas y algunos que se les olvida comer adecuadamente.

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