La nueva dinámica del sistema socioeconómico chino

La nueva dinámica del sistema socioeconómico chino

Virgilio Malagón.

Después de un desarrollo excepcional, dentro de los paradigmas de Capitalismo de Estado, la sociedad se está convirtiendo en un rebaño social, debido a que es tácitamente imposible controlar casi 1,600 millones de seres humanos en la Republica Popular China. De ahí que, el Partido Comunista Chino decidió implementar un solapado mecanismo de control de la sinergia social el cual apunta hacia la creación de un LEVIATAN moderno.

Es posible que hayan oído hablar de él. Se llama Sistema de Crédito Social (SCS). Según todos los indicios, es la garantía futura de supervivencia del Partido Comunista Chino, de ese país. Si no tenemos cuidado, puede convertirse en un tema de referencia mundial debido a que presenta mecanismos represivos muy llamativos y alentadores del control social, aun en occidente.

El Sistema de Crédito Social Chino lleva décadas en desarrollo. Estaba bien al principio. Estas cosas siempre lo son. A lo largo de la década de 1990, los bancos chinos desarrollaron programas de calificación crediticia financiera, como los que tenemos en Estados Unidos, para aumentar los préstamos en las zonas rurales. Hasta aquí todo bien.

Pero los funcionarios del gobierno pronto se dieron cuenta de que se podían establecer programas similares para recopilar otra información sobre el comportamiento de sus ciudadanos.

Para 2014, la nueva tecnología permitió al estado monitorear lo que la gente decía, hacía, compraba, leía y buscaba en Internet.

¿Por qué?: Porque más datos equivalen a más control.

Ese año, el Consejo de Estado, el máximo órgano administrativo de China, emitió un plan para la fase uno del Sistema de Crédito Social. Luego, el gobierno central estableció programas piloto en 43 ciudades de todo el país.

En una de esas ciudades, Rongcheng, los funcionarios locales etiquetaron ciertos comportamientos como aceptables o inaceptables. A cada adulto se le asignaron 1.000 puntos de crédito social.

 Ganaban o perdían puntos dependiendo de qué tan bien se ajustarán sus vidas públicas y privadas a los estándares gubernamentales. Comprar pañales estuvo bien: estás cuidando a tu familia. Sin embargo, jugar videojuegos está calificado como un acto de pereza y ni hablar de religión o quejarse de la política estatal.

Si pierde demasiados puntos, es posible que pierda privilegios como préstamos bancarios, Internet más rápido y boletos de avión.

Se supone que en un futuro cercano, el sistema será obligatorio para todos los ciudadanos chinos. Muchas personas ya han sido “inscritas” sin su conocimiento.

Por otra parte, grandes empresas como Alibaba trabajan con el gobierno para que el sistema sea flexibilizado. Imagínese que el gobierno sabe y juzga lo que compras en Amazon, lo demás es historia.

Sin embargo, algunos en China piensan que el Sistema de Crédito Social promueve el buen comportamiento, abordando todo, desde el crimen hasta la mala conducción y la delincuencia financiera. Hasta ahí, todo parecería color de rosa, pero el sistema no se detiene allí.

Las autoridades chinas no han tardado mucho en elaborar listas negras masivas para aquellos considerados «inaceptables”; hay 23 millones de chinos en esas listas, y el número está creciendo. Ha habido denuncias de que la censura del gobierno llega a tal extremo que prohíbe el volar, viajar en tren, comprar propiedades y pedir préstamos sin el debido proceso de la ¨depuración¨.

NOTA: Con ejemplos como estos, no es difícil imaginar un momento en que la lealtad al gobierno chino determinará todos los aspectos de la vida de sus ciudadanos: dónde viven, dónde trabajan y dónde van a la escuela sus hijos.

¿Tema de referencia Mundial?

Todo lo que vemos en China, lo estamos empezando a ver en Occidente:

1-Sistemas de vigilancia, con reconocimiento facial, para monitorear a los ciudadanos y asi detectar posibles criminales, agitadores y desafectos a la AGENDA 2030.

2- En los Estados Unidos, hay denuncias de que funcionarios del gobierno presionan abiertamente a los bancos para que no otorguen préstamos a empresas desfavorecidas, como las compañías petroleras.

3-El tema migratorio se ha convertido en un solapado sistema de chantaje mediante el cual se pretende subyugar a naciones pequeñas a través de muchas ONG que se prestan para tales nefastos propósitos.

En resumen, las iniciativas SCS son un tema MUY delicado y debe de ser tomado MUY en cuenta por los ciudadanos, para evitar la entronización de regímenes totalitarios y despóticos.