La nueva evangelización

La nueva evangelización

 Una verdad incontrovertible se presenta en el hecho humanamente  imposible  de amarnos los unos a los otros como Dios nos ha amado, el principio cardinal de la enseñanza de Jesucristo contenida en el Sermón de la Montaña, legado a la posteridad para la salvación del hombre.

 Históricamente,  y por su pecado intrínseco, el ser humano se ha inclinado hacia el odio profesando un secularizado credo de autodestrucción -“la cultura de la muerte”-,  una conducta global de animadversión expresada hoy en  la retórica belicista de  Corea del Norte, una nación prepotente que desafía militarmente al mundo,  reiterada en la cuestionada victoria de Nicolás Maduro en Venezuela, en los repudiables actos terroristas contra el Maratón de Boston, en Estados Unidos, y en las pasadas inconductas denunciadas contra una minoría del propio clero.

 La fórmula para alcanzar la paz no saldrá de la guerra,  del resentimiento, ni la enemistad; saldrá del amor predicado desde el evangelio de Jesús, una verdad que ha irrumpido  en la historia para transformar la humanidad.

 Tras su elección, el Papa Francisco señaló la Nueva Evangelización como el camino pertinente para reformar la Iglesia y relacionarse con las culturas,  al acoger una iniciativa de Kiko Argüello, el iniciador del Camino Neocatecumenal, presentada a su antecesor  Benedicto XVI, consistente en abrir 100 plazas en Roma para predicar el evangelio durante los cinco domingos siguientes a la Pascua de Resurrección. Esta misión evangelizadora no se ha quedado allá; se han abierto cerca de 10,000 plazas en mas de 150 países y casi 100 solo aquí en Santo Domingo, cuyos misioneros han sido enviados por el Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez.

 El Camino es un itinerario de educación permanente, un modo concreto de formar cristianos adultos, sobretodo para los alejados de la Iglesia Católica.

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