La Obamamanía sigue en Europa pero un segundo mandato genera menos expectativas

<STRONG>La Obamamanía sigue en Europa pero un segundo mandato genera menos expectativas</STRONG>

BRUSELAS. AFP. Los europeos quieren que el presidente Barack Obama se mantenga en el poder de Estados Unidos, aunque el entusiasmo que en 2008 generó el «Sí podemos» se ha perdido y una victoria del republicano Mitt Romney no es tan temida.  

El triunfo del demócrata Obama en 2008, tras dos mandatos consecutivos de George W. Bush (2001-2009), generó euforia entre los países europeos.

Atrás parecían quedar los años de enfrentamientos y divisiones entre ambos lados del Atlántico por la Guerra en Irak y Afganistán, como parte de la campaña contra el terrorismo que inició Bush tras los atentados del 11 de setiembre de 2001.  

Pero el desencanto no tardó en llegar. «Probablemente debido a que las expectativas eran demasiado elevadas», opinó Amine Ait-Chaalal, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Lovaina.  

«Había mucha ilusión de que Obama marcara un quiebre con las políticas de Bush. Sin embargo, eso nunca sucedió», añadió.  

Directamente interesados, los europeos creyeron que se encontraban ante una oportunidad única para renovar las relaciones transatlánticas y enfrentar conjuntamente los retos internacionales.  

Pero casi cuatro años después de haber asumido el poder, el complicado contexto internacional que heredó Obama se mantiene y en algunos casos se ha agudizado: crisis financiera europea, relación tensa con Rusia, el protagonismo creciente de China, el programa nuclear de Irán, una guerra de consecuencias desastrosas en Irak y la creciente violencia en Afganistán.  

Y peor aún: en Estados Unidos, Europa dejó de ser una prioridad.   En los debates entre los dos candidatos en las elecciones presidenciales del próximo 6 de noviembre, el viejo continente fue apenas mencionado.  

Fue en todo caso Romney el que se refirió escuetamente a la crisis europea al acusar a Obama de llevar a Estados Unidos «por el mismo camino que Grecia».   Sin embargo, esta falta de interés es mutua, dicen los expertos.

«Hay una razón mas estructural que hacen que Europa pero también Estados Unidos tengan una importancia declinante y es que la atención del mundo se ha focalizado sobre la región Asia-Pacífico», opinó Ignacio Molina, Investigador Principal de Europa del Real Instituto Elcano.   «Ya hay una larga tendencia de este pívot del mundo hacia Asia», añadió.   Aún así, los europeos siguen prefiriendo a Obama.  

Si los habitantes de la Unión Europea pudieran participar en los comicios, el 75% de ellos votaría por el candidato demócrata, en contra de un 8% que lo haría por su adversario republicano, según la encuesta «Tendencias transatlánticas 2012». 

El sondeo también muestra que la tasa de aprobación de la política exterior de Obama en Europa pasó del 83% en 2009 al 71%.   Pero como recuerdan muchos expertos y diplomáticos en Bruselas, las elecciones estadounidenses no son tanto sobre la política exterior sino sobre la economía.

Ese es el tema que preocupa particularmente a los votantes y el que quita el sueño a los europeos, sumidos en una prolongada crisis de deuda, que tiene a España y Grecia contra las cuerdas.   Incluso los dirigentes y expertos advierten de que la posibilidad de que Estados Unidos sufra una recesión el próximo año ha aumentado, al aducir riesgos asociados a la crisis en Europa.  

El mandatario estadounidense recalcó en una entrevista reciente con la radio colombiana que la recuperación económica europea también beneficiará a su país por ser su mayor socio comercial.   Entonces sí que podría haber un nuevo punto de partida entre las relaciones entre la UE y Estados Unidos. Pero más allá del ganador. 

«Son socios económicos, están muy interesados en lo que les sucede a cada uno y van a seguir llevándose bien», dijo Molina.   «Salvo que Romney adopte una política muy ideológica» comprometida con el ala más conservadora del partido republicano, «es poco probable que cambien las relaciones diplomáticas gane uno o gane otro» candidato, concluyó.

 

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