Querer estar saludable y, para ello, cuidar lo que se consume, es una conducta positiva y deseable; sin embargo, cuando se convierte en una obsesión, podría desencadenar en consecuencias dañinas para el organismo.
La tendencia de los últimos tiempos es apostar a lo sano, pero ¿hasta qué punto llevarlo? ¿será realmente bueno o malo?
Tener un comportamiento obsesivo en cuanto a lo que se come, o entrar en el “boom” de las dietas denominadas “saludables” puede desencadenar en patologías, y una de ellas es la ortorexia.
¿Qué es la ortorexia? Es la obsesión por comer sano, pero no por perder peso, como sucede con la anorexia o bulimia. La Organización Mundial de la Salud (OMS), indica que quienes padecen de ese desorden en la alimentación pueden considerarse “prisioneros”, “esclavos” de las reglas a las que se someten, convirtiéndose cada día en más exigentes.
Generalmente, los que tienen obsesión por una alimentación considerada para ellos “sana”, suelen eliminar de su dieta alimenticia todo lo que tenga que ver con edulcorantes (azúcares) o productos de origen animal.
Por lo regular, se vuelven obsesivos en cuanto a lo que ingieren, buscan constantemente productos que contengan probióticos, hierbas naturales…
Erradican sin la supervisión recomendada ciertos alimentos e incorporan otros que incluso podrían causarles problemas de salud, en fin, crean sus propias dietas sin medir las consencuencias.

Según estudios realizados sobre la ortorexia, esta puede variar la forma de ver la vida en sociedad de quienes la padecen, ya que debido a que su obsesión es siempre por lo sano, optan por no compartir, no asistir reuniones o lugares en los que no contarán con el tipo de alimento adecuado para ellos.
Las personas más vulnerables a la ortorexia son las que tienen un comportamiento perfeccionista y obsesivo como parte de su personalidad, lo que a veces les hace incluso estar aisladas.
Quienes tienen obsesión por lo sano son también obsesivos con la limpieza, lavan todo, asegurándose que lo que consumen está totalmente pulcro.
¿Cómo saber cuándo esta conducta se está convirtiendo en peligrosa?
Síntomas. La ortorexia se manifiesta con trastornos de ansiedad, lo que puede estar relacionado con la anorexia nerviosa o con otros trastornos alimenticios.
Según revelan los datos sobre este tipo de conducta, a ellos “no les acomoda” compartir el ambiente con otros. En algunos casos se sienten incluso incomprendidos por su forma radical de ver las cosas, lo que les produce ansiedad, miedo…
Consecuencias. Según la OMS, hacer dietas, sin tomar en cuenta las condiciones del organismo ni el peso ideal -o recomendable- para estar saludable podría ser perjudicial.
La OMS señala que producto de ese comportamiento, un 28 % de la población de los países occidentales -y específicamente las mujeres y adolescentes- está afectada de ortorexia.

¿Cuándo la obsesión es ortorexia? Cuando una persona suele planificar de manera anticipada las comidas, busca relacionar los alimentos que considera sanos con autoestima y espiritualidad y tienden a ver mal a quienes no tienen su misma conducta sobre la alimentación.
Por lo regular quienes tienen obsesión por lo sano no comen fuera de la casa, evitando variar su rutina alimenticia y nunca suelen aceptar que otras personas les preparen lo que comen.
1. ¡Cuidado!
Las personas obsesivas por lo sano suelen tener depresión, cambios de humor, aislamiento social…
2. Efectos de la ortorexia
Afecta considerablemente las relaciones sociales, debido a que quienes la padecen tienden a sentirse superiores a los demás por su forma o estilo de alimentarse.