En Boca Chica, las aguas provocadas por la tormenta Isaac inutilizaron uno de los tres carriles de la autopista a la salida de la ciudad. Entre el kilómetro nueve y 12 de la vía, el agua y los escombros obstaculizaron el tránsito y provocaron un gran tapón.
Anoche vehículos varados, un mar picado, con altas olas y curiosos que se acercaban al malecón para tomar fotografías, era el panorama en la zona.
Ante las copiosas lluvias y el peligro de que los equipos electrónicos se dañasen, el peaje fue liberado y los aparatos protegidos con plásticos.
La decisión fue apoyada por los conductores, que hicieron malabares para llegar hasta sus hogares. Algunos demoraron hasta una hora sobre el tiempo normal.
Una estación de combustible cerca del malecón seguía abierta, pese al riesgo que implicaba.