La OMC puso una bomba de tiempo debajo de una política indefendible

La OMC puso una bomba de tiempo debajo de una política indefendible

La condena de esta semana a los subsidios al azúcar de la Unión Europea por un panel de disputas de la Organización Mundial de Comercio, es un golpe de justicia y buen sentido. El régimen azucarero de la UE, groseramente distorsionante y despilfarrador es una afrenta a los principios del comercio. Además de acelerar su desaparición, la decisión de la OMC deberá aportarle mayor impulso a la ronda de comercio de Doha del que ya recibió con el acuerdo del fin de semana sobre un marco de negociaciones..

La resonancia del juicio es importante porque sigue a un fallo contra los subsidios de Estados Unidos al algodón, que son económica y moralmente tan indefendible como la política de la UE con el azúcar. Ambos sostienen a productores de altos costos -en el caso de la UE, hasta los productores de azúcar en Finlandia-, al hacer “dumping” con su producción en los mercados mundiales, bajando las tasas y precios, en detrimento de los competidores de otros lugares. Para EEUU y la UE, institucionalizar en la agricultura una práctica que indignados condenan cuando se aplican en otros tipos de comercio no es más que pura hipocresía.

La decisión tomada sobre el azúcar está por confirmar todavía, y ambas decisiones están sujetas a apelación, un proceso que probablemente se alargue durante más de un año. Pero el precedente indica que al final, se van a mantener. Esta perspectiva debería estimular a otros países para que obliguen a EEUU y la UE de manera más firmes a mantener sus compromisos del fin de semana por eliminar o reducir los subsidios agrícolas. A menos que las dos grandes potencias comerciales apliquen pronto el cuchillo a esos gastos, la resistencia a sus demandas en las negociaciones de Doha van a aumentar, así como sus promesas de hacer de las conversaciones una ronda del “desarrollo”, no se verán más que como aire caliente.

Sin embargo, sería erróneo concluir que todos los países en desarrollo vana  ganar con el desmantelamiento de los subsidios agrícolas. En general, los mayores beneficiarios serán als economías de los países ricos que más las utilizan. Y mientras que los exportadores eficientes en algunos países en desarrollo, como argentina y Brasil, van a salir ganando, también lo harán productores en EEUU, Australia y otras naciones ricas. No obstante, como expresó Arvind Panagariya, de la Universidad de Columbia al Financial Times, muchos de los países más pobres van a salir perdiendo.

Entre los más vulnerables están los que cuentan con acceso preferencial a los mercados, como los estados de África, el Caribe y el Pacífico que exportan banano y azúcar a la UE en términos favorables. No sorprende pues que estos países se opongan a una reducción en las barreras al comercio que amenazarían su posición privilegiada y los expondría a la competencia.

Sin embargo, es ilusorio pensar que esos arreglos especiales al comercio puedan sobrevivir por mucho tiempo. El fallo sobre el azúcar es solo una de muchas fuerzas que conspiran para socavarlos. Las preferencias al comercio, en cualquier caso han tenido consecuencias indeseables, al preservar la producción ineficiente y sancionar la diversificación económica.  

Las economías débiles necesitan ayuda generosa y cuidadosamente enfocada que las ayude a ajustarse a un comercio más libre. La forma en que responderán EEUU y la UE, pondrá a prueba la fuerza de sus compromisos de promover el desarrollo global.
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TRADUCCION: Iván Pérez Carrión

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