DAKAR. Trabajadores sanitarios monitoreaban a más de 400 personas en medio de un brote de ébola en un remoto rincón de la República Democrática del Congo, donde ya se han atribuido tres muertes al virus, según indicó el jueves la Organización Mundial de la Salud.
Desde la epidemia de 2014-2016 en el África Occidental, que dejó más de 11.000 muertos, se ha desarrollado una vacuna experimental, pero la OMS dijo que seguía esperando autorización del gobierno congoleño para utilizarla.
El brote de ébola en el norte del país, cerca de la frontera con la República Centroafricana, es el octavo en la República Democrática del Congo desde 1976. El país tiene una larga experiencia con brotes de la fiebre hemorrágica, señaló la OMS.
“Sin embargo, no podemos subestimar los desafíos logísticos y prácticos asociados con esta operación en una zona muy remota e insegura del país”, señaló el doctor Peter Salama, director ejecutivo del programa de emergencias sanitarias de la organización.
“También hemos aprendido a no subestimar nunca, nunca, a la enfermedad del virus del ébola”, añadió.
Las autoridades relaciona tres muertes con el brote: la de un hombre de 39 años que falleció antes de poder llegar al hospital, el conductor de motocicleta que le llevaba y un cuidador que viajaba con ellos.
Por ahora sólo se han confirmado dos casos en pruebas de laboratorio. Hay otros 18 posibles casos.
Likati se encuentra a unos 1.400 kilómetros (870 millas) de la capital congoleña, Kinsasa. Se están trasladando equipos con helicópteros y aeronaves pequeñas a la zona, donde se está levantando un laboratorio móvil para hacer análisis y se está mejorando la pista de aterrizaje local.
Como la vacuna del ébola todavía se considera experimental, el gobierno debe autorizar su empleo. La OMS sigue a la espera de esa confirmación, y si la recibe tardaría en torno a una semana en llevar las vacunas al país y tener equipos preparados para administrarlas.