La ONU condena los ataques contra los barrios de Damasco y pide su cese

La ONU condena los ataques contra los barrios de Damasco y pide su cese

Vista de una calle destruída en Damasco, debido a los ataques que han tenido lugar en los últimos días en Siria. EFE/Archivo

Ginebra, Zuiza.  El enviado especial de la ONU para Siria, Stephan de Mistura, condenó hoy los recientes ataques contra barrios de Damasco y sus áreas periféricas, y pidió a los combatientes de toda las partes que se abstengan de seguir tomando como blanco a inocentes civiles.

“Los bombardeos contra barrios de Damasco y sus alrededores, así como en otras áreas de Siria, continúan asesinando e hiriendo a civiles sin justificación, con el único fin de aterrorizar a la población”, declaró.

De Mistura enfatizó que todos los esfuerzos deben concentrarse en encontrar una solución política a la guerra civil que cumple su quinto año en Siria y por la cual trabaja desde su función de enviado especial de la ONU.

Sin embargo, sus esfuerzos -concentrados en que las partes acuerden altos al fuego en áreas estratégicas y que esto se pueda reproducir en otros lugares- han dado pocos frutos hasta ahora.

De otra parte, el coordinador humanitario de Naciones Unidas, Stephen O’Brien, inició hoy una visita al Líbano y Siria, la primera desde que asumió esta función.   En el primer país evaluará personalmente las necesidades de los refugiados sirios, mientras que en Damasco se entrevistará con autoridades y responsables de entidades humanitarias.

La ONU estima que 12,3 millones de personas necesitan ayuda humanitaria en Siria y cerca del 50 por ciento de ellos son niños.

La mitad de toda la población siria vive ahora en desplazamiento forzado.   Se trata de la peor crisis de desplazados y refugiados del mundo.

En la víspera, el jefe del Programa Mundial de Alimentos, Ertharin Cousin, concluyó una visita a refugiados sirios en el Líbano y Jordania con una petición a los donante para que “no olviden esta crisis».   Un importante déficit financiero para esta operación obligó recientemente al organismo a reducir a la mitad la ayuda alimentaria que presta a los 1,5 millones de refugiados en Jordania, Líbano, Turquía, Irak y Egipto.

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