La opción

La opción

Mucha gente urbana, desconocedora de todo lo relacionado con la conducta animal, ignora que un hombre puede tropezar, y tropieza, más de una vez con la misma piedra, pero el burro evade la piedra si es que alguna vez tropezó con ella. Es que la memoria es corta, tan corta que cometemos los mismos errores una y otra vez.

Tanto es así, que hay un refrán que retrata esa conducta del error continuado, es aquel que dice: quien me engaña una vez, sinvergüenza él, si me engaña dos veces, sinvergüenza yo.

Entre sinvergüenzas se dice: los bomberos no se pisan la manguera.

Resulta interesante ver, escuchar y leer, cómo hay temas de interés nacional que se convierten en tabúes o en materia de la conspiración de silencio a que estamos sometidos.

La candidata del PLD fracasó recientemente en una caravana a la cual sólo asistieron su numerosa escolta y una que otra persona. Las fotos no mienten.

Luego, como le hacen creer que es la gran líder, organizaron otra caravana y la división dentro del PLD no permitió la celebración del acto.

Hay una profunda división dentro del partido que se presentó como una escuela de decencia y se ha convertido en una realidad podrida por la ambición, la corrupción, la ceguera y la maldad.

Leonel le dio a leer un libro a Danilo y éste encontró las páginas tan pegadas que mojó los dedos con saliva para pasar cada una de ellas y no llegó a terminar, el veneno que tenía cada hoja fue tan fuerte que lo convirtió en un segundón.

 “Yo sé muy bien que hay mucha gente que está pasando hambre en nuestro país. Pasar hambre  no es sólo no tener que comer, es también comer menos de lo que uno necesita,  es que el padre y la madre se quiten la comida de la boca para poder alimentar a sus hijos, es que el hermano mayor deje de comer un pan o tomar un vaso de leche para que su hermanito no llore la noche entera”. ¿Cómo el candidato de un partido en el poder  tiene la fuerza de cara de hablar así?

Danilo Medina habla como desde la oposición. Denuncia que su gobierno somete al pueblo al hambre. Un gobierno que él conformó y lo respalda con dinero robado. Esta es una nueva demostración de que Danilo Medina no es ni chicha ni limoná, un hombre carente de coraje, atado por su pasado y por su mantenedor económico, capaz de embarrarse con el uso de fondos públicos que se usaron, una vez, para derrotar sus aspiraciones.

Suerte que el país va a ejercer la real opción de cambio: Hipólito Mejía, Presidente.

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