La OPEP no sabe cómo ‘convivir ’con el petróleo no convencional

La OPEP no sabe cómo ‘convivir ’con el petróleo no convencional

Dan Murtaugh y Javier Blas

La OPEP y el shale estadounidense quizá necesiten un consejero matrimonial. Después de ignorarla, luego de preocuparse por ella y finalmente lanzar una guerra de precios contra ella, la OPEP ahora ha llegado a la conclusión de que no sabe cómo convivir con la industria del petróleo no convencional de los Estados Unidos.

“El petróleo no convencional de los Estados Unidos… no sé cómo vamos a convivir”, declaró Abdalla Salem El-Badri, secretario general de la OPEP, ante un salón repleto de ejecutivos del sector de Texas y Dakota del Norte en la reunión anual IHS CERAWeek en Houston.

La Organización de Países Exportadores de Petróleo, que controla alrededor del 40 por ciento de la producción mundial de crudo, nunca tuvo que vérselas con una fuente de suministro de petróleo que puede reaccionar tan rápido como el shale estadounidense ante los cambios de precios, dijo El-Badri. Eso complica la capacidad del cartel para apuntalar los precios por medio de una reducción de la producción.
“Ante cualquier aumento de precios, el shale de inmediato vendrá y cubrirá la reducción”, agregó.

Producción de shale. Horas antes el lunes, la Agencia Internacional de la Energía había dado a la OPEP motivos para preocuparse por el petróleo no convencional cuando dijo que la producción estadounidense total de crudo, en su mayor parte proveniente de sus cuencas de shale, aumentará 1,3 millones de barriles diarios de 2015 a 2021 pese a los bajos precios. Si bien se proyecta que la producción estadounidense de shale se reducirá en 600.000 barriles diarios este año y otros 200.000 en 2017, volverá a aumentar de 2018 en adelante, dijo la AIE.

“Todo el que crea que hemos visto el último aumento” de la producción estadounidense de petróleo de shale “debería pensarlo dos veces”, señaló la AIE en su informe de mediano plazo.

John Hess, máximo responsable ejecutivo de uno de los mayores arrendatarios de la región de shale de Bakken en Dakota del Norte, dijo que el shale podría no reaccionar tan rápido como teme la OPEP. Hay obstáculos logísticos relacionados con el transporte de suficientes torres de perforación y trabajadores de regreso a la zona petrolífera para comenzar a aumentar la producción nuevamente, además de los inconvenientes financieros.

“Los balances de los productores de shale se encuentran en mal estado”, explicó Hess, cuya compañía hace poco informó sus primeras pérdidas anuales en trece años. “Tienen que sanear sus balances antes de empezar a invertir de nuevo”.

En noviembre de 2014, la OPEP lanzó una guerra de precios contra el shale estadounidense y otros productores de alto costo, entre ellos las arenas bituminosas canadienses y los yacimientos petrolíferos de aguas profundas de Brasil, que consistió en no reducir la producción pese al exceso de oferta mundial. Desde entonces, los precios del petróleo se desplomaron a menos de la mitad, llegando al nivel más bajo en doce años de alrededor de US$26 el 11 de febrero.

Reconociendo que la política no funcionó como se planeaba, algo poco habitual en él, El-Badri dijo que la OPEP no esperaba que los precios del petróleo cayeran tanto cuando decidió seguir produciendo cerca de la mayor cantidad posible.

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