La operación palanca

La operación palanca

–Padre, ayer subí a la torreta y revisé el travesaño donde colgaremos la campana. –Bien, Pirulo, ahora dime todo lo que haremos esta mañana; la caja con la campana esta ahí, en el patio de la iglesia. –Bueno, he traído dos gatos hidráulicos de plataforma; los meteremos debajo de la caja y la arrastraremos, cómodamente, hasta ponerla al pie de la torre de angulares. Entonces abriremos la caja con una pata de cabra; retiraremos las tablas pero dejaremos la base con los gatos. La polea, con la cadena gradual, la voy a enganchar del travesaño y del asa de la campana.

–Quiero soliviantarla un poco, antes de subirla, para ver si queda equilibrada, no quiero que choque en ninguna parte al izarla. Debe llegar al centro del travesaño, donde colocaré una abrazadera para anclar la campana. Atornillaré la abrazadera y pondré un pasador en la parte de la rosca que sobresale de la tuerca. Así quedará mejor asegurada. Por encima de la abrazadera instalaremos un cubrefalta para protegerla del óxido. Cuando esté todo terminado desengancharemos la polea y retiraremos la base de la caja. No seré yo el primero en tocarla, pero seré el primero en ver la campana en su puesto.

–Vamos, no te burles del cura de tu parroquia. Bien sabes que aquí, en este barrio, la gente tira y después apunta. A mi me gusta preguntar cuál es el plan, antes de actuar. Si no te conociera no te habría buscado tantas veces. Confío en tu pericia y en tu buena fe. El cura y el herrero bebían café en el saloncito de la “Ayudantía general”, contiguo a la sacristía. –Pirulo, con ayuda de las palancas el hombre ha podido mover rocas muy pesadas.

–La piedra más pesada del mundo es la mala voluntad. Pero Dios es, ante todo, buena voluntad. Para luchar contra los malvados necesitamos varias clases de palancas. Hay que planear cuidadosamente la estrategia frente a la mala voluntad. El mal es un gusano que destruye o pudre todo lo que toca; se disfraza de envidia, de codicia, de soberbia o iracundia. No hay persona que venga a esta oficina y se libre de un sermón. Es mi trabajo.

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