Hoy 
El desempleo y la violencia, dos socios en la problemática social en muchas partes del mundo, tienen en los países centroamericanos y caribeños dimensiones alarmantes. Los cotejos estadísticos de estos países anotan como un binomio a despejar la falta de plazas de trabajo para los jóvenes y la manera en que esto se asocia con los niveles de violencia. Es un complejo de males que, por no tener nacionalidad ni etnia, se convierte en patología común que nuestros países deben curar en conjunto.
El Sistema de Integración Centroamericana (SICA), que ha venido tratando este tema en varias de sus reuniones, como por ejemplo la de junio pasado en Costa Rica, asumió en su reunión de jefes de Estado de este fin de semana, en Panamá, un papel más definido y claro. Los integrantes determinaron un plan de acción para fomentar el empleo y combatir la violencia, dos males cuyo vínculo destaca el organismo regional. Es una agenda muy oportuna para estos pueblos.
De manera tangencial, la República Dominicana, que asumió la presidencia Pro Témpore del SICA, tuvo la oportunidad de exponer en reuniones aparte con varios de los mandatarios asistentes, los pasos que da para hacer valer las normas de extranjería derivadas de la sentencia 168/13, emitida por el Tribunal Constitucional, un tema controversial con repercusión internacional.
Predominio de la inseguridad
Qué nos augura el año 2014 en términos de seguridad ciudadana? Si el factor de seguridad puede pronosticarse en base a proyecciones, como se hace con la economía, entonces los augurios no son buenos. Esto así, porque el 2013, cuyo final está “a la vuelta de la esquina”, cerrará con acentuados índices de inseguridad y violencia, y no hay elementos de juicio para deducir que la situación cambiará positivamente en el 2014.
Los sacerdotes Manuel Bodenille, párroco de Cristo Rey; Antonio Méndez, de La Zurza y Villas Agrícolas, dan testimonio de que en sus sectores la inseguridad y la violencia han sido una constante que se ha mantenido aún a finales del presente año. Nada les hace presumir que habrá cambios más adelante. Admiten que hay mayor presencia policial, a modo de prevención, pero los factores precursores de estos males siguen intactos, imbatibles.
