La oportunidad en Nueva York

La oportunidad en Nueva York

Desde hace años el presidente Leonel Fernández ha llamado la atención de empresarios dominicanos sobre la oportunidad para la ampliación de sus ventas que representa la gran cantidad de emigrantes nacionales en Estados Unidos.

Podríamos afirmar que Fernández, quien vivió parte de su mocedad en Nueva York, habla con conocimiento de causa. Pero si bien es cierto que esto sucede con los dominicanos en Nueva York, es un planteamiento válido para los emigrantes en muchos otros países, como España, donde ya existe una colonia importante.

Si es cierto que más de un millón de dominicanos reside en Estados Unidos eso significaría un gran mercado para incrementar las exportaciones, vitales para nuestra economía.

Ahora el presidente Fernández llama nuevamente la atención sobre la oportunidad que representaría una reforma del sistema educativo nacional tomando como modelo el sistema estadounidense de “colleges.”

Ambos planteamientos del mandatario deben ser seriamente analizados por los grupos sociales, dejando de lado las pasiones políticas y los resquemores que regularmente levantan.

Las oportunidades comerciales en Estados Unidos son reales. Tomemos un ejemplo. Si de ese millón de dominicanos en Nueva York y ciudades vecinas, el 20% por ciento consume un plátano por semana, significaría un mercado seguro para 10.4 millones de estas musáceas por año, algo así como 10,400 millares.

Esto es algo que se puede repetir para muchos productos de la agropecuaria e industriales, y como dijimos, también en otras naciones. Por tanto, la oportunidad es real y debe considerarse con cuidado.

-II-

Asimismo, hace más de treinta años en el país se intentó una reforma educativa parecida a la que propone el presidente Fernández, pero las pasiones políticas de aquellos momentos la destruyeron y aunque la ley está vigente se dejó de aplicar.

La educación de los jóvenes es la principal fuente de oportunidades. Sin educación es poco lo que se puede hacer para producir empleos y elevar el nivel de vida de los grupos sociales que más lo necesitan.

Pero al mismo tiempo, –y es donde tiene más trascendencia lo expuesto por el mandatario— sin una población suficientemente educada el país pierde o aleja las oportunidades de producir riquezas.

Es fundamental, como bien venimos planteando editorialmente desde hace años, la educación juega un papel fundamental en el desarrollo de las naciones, el crecimiento humano, la creación de la riqueza, el orden y la paz social, el respeto a la ley, la conservación de los bienes comunes y todo cuando tiene que ver con el mejoramiento de las condiciones de vida.

Educación, por tanto, es la palabra clave si en realidad queremos salir de la pobreza.

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