Esmeraldas (Ecuador). El Vicariato Apostólico de Esmeraldas ha realizado una significativa aportación a la luz de la nueva evangelización cristiana que impulsa el Papa Francisco, mediante la ordenación de cinco sacerdotes misioneros latinoamericanos, egresados del seminario neocatecumenal Redemptoris Mater, en la Catedral Cristo Rey, de esta remota provincia costera ecuatoriana.

El Obispo de Esmeraldas, Monseñor Eugenio Arellano Fernández, presidió la solemne liturgia durante la cual consagró presbíteros a Juan Francisco Romero Guillén, de República Dominicana; Jorge Alberto Padilla Rodríguez, de Nicaragua; Rafael Luis Carvajal Figueroa, de Chile y a los ecuatorianos Johnny Javier Vizcaíno Sierra y Abel Rodrigo Cabrera Maxi.

Simultáneamente, la Arquidiócesis de Guayaquil incorporaba a otros seis sacerdotes y cinco diáconos en una ceremonia similar concelebrada en la vetusta catedral de Guayaquil. Ambas ordenaciones fueron celebradas el sábado 23 de noviembre. Hasta Esmeraldas, una humilde, laboriosa y entusiasta provincia de población mayoritariamente católica, situada en el extremo oriental del Ecuador, se trasladó una concurrida delegación de 28 feligreses catecúmenos de la Parroquia San Gabriel, del sector Villa María, de Santo Domingo, encabezada por el párroco José Ángel Cantarero, el sacerdote Gregorio Astacio Frías, el diácono Jorge Mariñez y los catequistas Frank y Griselda Martínez, Antonio e Iris Contreras, el autor de esta columna y su esposa Valencia Moreta, así como Mercedes González, quienes vitorearon la ordenación de Juan Francisco Romero Guillén, un joven seminarista de San Gabriel que estudió durante ocho años en Esmeraldas y empezará su vida presbiteral en una pobre parroquia de Quinande, en la zona rural de Esmeraldas.

Ordenar sacerdotes jóvenes, en esta etapa crucial del cristianismo constituye una resonante victoria espiritual y moralde la Iglesia Católica, que a través del neocatecumenado exhorta a evangelizar desde las necesidades de la gente.