POR JOSELIN RODRÍGUEZ
Aproximadamente 800 personas se congregaron el sábado en el teatro La Fiesta del hotel Jaragua, para disfrutar y bailar hasta las 2:00 de la madrugada del domingo, conla buena música y la calidad interpretativa de la Orquesta Aragón, de Cuba, y la Orquesta San José, dirigida por el maestro dominicano Papa Molina.

En ese lapso de tiempo, la célebre agrupación cubana dirigida por Rafael Lay hijo, conquistó a los presentes con su charanga, su cha cha chá y su clásico repertorio que tanta popularidad le dio durante las décadas 50 y 60, mientras que la Orquesta San José interpretó los principales temas, que tanto brillo le han dado al merengue a lo largo de todos estos años.

“La primera fiesta del recuerdo”, como fue denominado el concierto bailable, pretende convertirse en un espacio para que las personas maduras puedan recrearse bailando buena música. Se realizará una vez al mes. Aunque el salón acoge 1.400 personas, el límite es de 800, para que los asistentes tengan más espacio para moverse y desplazarse libremente.

A las 9:10 inició la orquesta San José con el clásico “El negro feliz”, que de inmediato lanzó a la pista al público presente; a éste le siguieron “Mi negra”, “Soñar”, “Si nos dejan”, “Lágrimas negras”, “Quisqueya”, “Santo Domingo” y “Juanita Morel”, donde Papa Molina acompañó a los artistas en el coro.

En este primer set, Molina y su agrupación deleitaron al público con una gran variedad de temas de merengue, bolero y salsa, que fueron tarareados y bailados por el público durante 50 minutos.

La Orquesta Aragón, con 66 años de fundada, dirigida desde 1984 por Rafael Lay hijo, hizo su entrada en medio de cinco arcos de globos blancos que recreaban la concha acústica del antiguo patio español del hotel Jaragua, a las 10:25.

En la primera parte de su presentación interpretaron once temas, entre los que cabe destacar “Suavecito”, “El pañuelito”, “Gladys”, “El vigilante”, “Así son boncó”, “Manuela” y los boleros “Silencio” y “Nosotros”, adaptados a un ritmo en el que se destacan los violines y la flauta.     

“Estamos contentos de estar nuevamente en República Dominicana, país con el que estamos hermanados en la idiosincrasia y en la cultura”, dijo el bajista Roberto Espinosa, quien aprovechó la ocasión para felicitar al violinista Celso Váldez por sus 50 años en el grupo. Esto motivó los aplausos y vítores del público.

Los acordes de “Siña Juanica” anunciaban el retorno de la orquesta San José, que en esta oportunidad interpretó nueve temas. Pidieron un fuerte aplauso a la Aragón por considerarla la “madre de las orquestas” y una agrupación de todos los tiempos.

Su participación la continuaron con “Por ahí María se va” (uno de los temas más ovacionados), la salsa “Para ti mi guaguacó”, el clásico “Arroyito cristalino”, el bolero “La 40” y la repetición del merengue “La negra”, para concluir con “Caña brava” y un mosaico de merengues. El público lo despidió con fuertes aplausos.

A las 12:55 volvió a tocar la Orquesta Aragón con sus 13 músicos, para iniciar su segundo set con el esperado tema “El bodeguero”. Durante su participación de casi una hora, el grupo fundado el 30 de septiembre de 1939 en Cienfuegos, Cuba, por Orestes Aragón y Rafael Lay, reafirmó su popularidad en el público con la interpretación de nueve temas, de su amplio repertorio compuesto por más de 600 canciones.

Interpretaron “Cachita”, dedicada a Puerto Rico, “Calculadora”, “Trigueña Encarnación”, “Aunque no pueda besar tu boca”, “Mi rival”, bolero que fue aplaudido fuertemente, “Jardinero” y “Pare, cochero”; con este tema se despidieron, pero el público pedía más y lo complacieron con el bolero “La barca”. Entre fuertes ovaciones, la orquesta Aragón se despidió a la 1:45 de la madrugada.

 Cositas y cosotas

 – El maestro Papa Molina no habló con el público, pero saludaba y hacía reverencia cuando alguien le hacía una señal. Provocaba la risa de sus músicos por algo que les decía.

– Además de director de orquesta, Molina demostró que todavía conserva sus dotes de buen bailador.

– El público estuvo compuesto en su mayoría por personas maduras que bailaron hasta bien entrada la madrugada y en ningún momento dejaban la pista vacía. Otros optaron por bailar desde sus asientos.

– Algunos señores llegaron con sus boinas y sombreros, mientras que varias jóvenes llevaban ropa bastante escotada, a pesar del frío.

– Tal parece que el aire no llegaba al escenario, pues se vio a la solista de la Orquesta San José echarse fresco.

– Durante un momento se creó un impasse, porque una pareja ocupó una mesa que ya estaba reservada y no quiso pararse; esto motivo que quienes reservaron fueran llevados a otro lugar.

Durante la primera participación de la orquesta Aragón, una cubana, identificada como Darlene, subió al escenario y se movió como “Tongolele”.