BRUSELAS, Bélgica. AP. La OTAN niega de forma rotunda la queja de Rusia de que sus acciones y ampliación suponen una amenaza para la seguridad de Moscú.
La portavoz de la Alianza, Oana Lungescu, dijo ayer que la OTAN sigue estudiando la nueva doctrina de seguridad de Rusia, aprobada la semana pasada. “Dicho esto, rechazamos categóricamente denuncias totalmente infundadas de que la OTAN y sus políticas constituyen una amenaza para la seguridad” de Moscú, agregó.
El nuevo documento ruso, firmado el pasado jueves por el presidente Vladimir Putin, acusa a la OTAN de violar la ley internacional y de mover su infraestructura militar más cerca de la frontera del país.
El mes pasado, la OTAN invitó a Montenegro a iniciar negociaciones para convertirse en el 29no miembro. Lungescu señaló que “la ampliación de la OTAN no va directamente en contra de nadie” y que cada nación soberana “tiene derecho a elegir por sí misma si se une a cualquier tratado o alianza”.
El embajador ruso ante la Alianza, Alexandr Grushkó, había advertido en una entrevista que “la Alianza Atlántica, se ha vuelto a poner la armadura de la Guerra Fría. Lo que se intenta es levantar un nuevo telón de acero en Europa”.