Londres. La OTAN celebra la próxima semana en Gales una cumbre de jefes de Estado con la que marcará el fin de su larga misión de combate en Afganistán y que se verá dominada por la “agresión” rusa contra Ucrania.

Los jefes de Gobierno y de Estado de los 28 estados miembros de la OTAN, así como de las 33 naciones asociadas de la Alianza y los países que conforman la misión aliada en Afganistán (ISAF, participarán los días 4 y 5 en el encuentro, que tendrá como sede principal un complejo de Newport, cerca de Cardiff.

Unos 9.500 agentes británicos velarán por la seguridad de los 10.000 participantes en esta conferencia bianual, entre ellos 60 jefes de Gobierno y ministros que estarán protegidos por vallas de seguridad de unos 20 kilómetros en el hotel Celtic Manor de Newport, al que tratarán de acercarse también miles de manifestantes.

Entre otros, asistirán a la cumbre el presidente de Estados Unidos, Barack Obama; la canciller alemana, Angela Merkel; el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy; el jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, y el presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, favorable a recuperar el proceso de acercamiento a la OTAN de su país que llevaba años paralizado.

En su 65 aniversario, la OTAN había elegido como tema principal de esta cumbre la retirada del grueso de tropas internacionales de Afganistán tras doce años de guerra y la misión de entrenamiento de las fuerzas de seguridad afganas prevista para 2015, que implicará la permanencia en ese país de unos 14.000 efectivos de la Alianza.

Sin embargo, lo previsible es que los debates y las reuniones bilaterales se vean dominadas por la crisis de Ucrania, con la anexión de Crimea por parte de Moscú en marzo y la reciente incursión de tropas rusas en el este del territorio ucraniano.

La situación en Ucrania centrará uno de los debates previstos para el primer día de la cumbre, en el que participará el presidente Poroshenko. Como sus estados miembros, la OTAN ha exigido a Rusia que cese sus “acciones militares ilegales” en Ucrania y que rebaje las tensiones en la crisis de Kiev, y ha dejado la puerta abierta a que Ucrania ingrese en la Alianza, como ya decidió en la cumbre de 2008 en Bucarest.

La respuesta europea y estadounidense a las incursiones de Moscú en Ucrania ha sido sobre todo económica, sin que el presidente ruso, Vladimir Putin, haya cejado en su apoyo a los separatistas prorrusos.

Un portavoz de la OTAN explicó a Efe que en el encuentro van a debatirse “la agresión de Rusia contra Ucrania, además de los riesgos de seguridad procedentes del sur, incluyendo la inestabilidad en Oriente Medio y en el norte de África».

Según el Gobierno de Londres, el encuentro de Gales ofrece una “oportunidad para garantizar que la OTAN continúa en la vanguardia de construir la estabilidad en un mundo impredecible”, mientras algunos analistas han señalado que se trata de la reunión más importante de la Alianza en su larga historia.

Los anfitriones británicos de la cumbre la califican como “vital» y señalan que los encuentros, que se celebrarán en Celtic Manor y también en la capital galesa, Cardiff, se debatirán las amenazas para la seguridad nacional de los países miembros de la OTAN, desde los ciberataques al terrorismo.

La ofensiva del Estado Islámico (EI) en el norte de Irak será otro de los asuntos que se tratarán en las numerosas reuniones bilaterales previstas en la cumbre de la OTAN, que tampoco dejará de lado los recortes en la inversión en defensa por parte de los estados miembros.

Se trata de un asunto recurrente en los últimos años en este tipo de reuniones, al igual que las protestas de activistas antinucleares y antimilitares, reunidos desde este fin de semana en el llamado “campamento de la paz” en el parque Tredegar de Newport. Esta será la última cumbre para el actual secretario general de la OTAN, el exprimer ministro danés Anders Fogh Rasmussen, cuyo mandato de cinco años concluye el próximo 1 de octubre y que será sustituido por el noruego Jens Stoltenberg, quien asiste al encuentro en calidad de observador.