Aunque en la República Dominicana vivimos de manera activa y constante en campaña, los sucesos y actos de este fin de semana declaran el inicio de manera oficial del activismo político de los distintos partidos.

Por un lado hubo proclamaciones de las candidaturas de los senadores Rafael Calderon y Félix Nova, con la presencia del presidente de la República, Danilo Medina, el secretario general del PLD, Reinaldo Pared Pérez, y de Miguel Vargas Maldonado, presidente del PRD y aliado del PLD.

También hubo actos del PRM, el PRD juramentó sus candidatos independientes y, por otro lado, un grupo de movimientos y partidos de izquierda proclamaron a Guillermo Moreno, ex fiscal durante un gobierno del PLD, como su candidato presidencial.

Todos estos hechos señalan un proceso dinámico y activo. Sin embargo, partiendo de la realidad de nuestro país y de los nuevos tiempos, creo que más que actividades de movilización de gente, recursos y actos llenos de coloridos, por demás bien producidos, es preciso que se convoque a las campañas electorales de las propuestas e ideas. Se trata de campañas que presten atención a los males de la población y las comunidades y les den soluciones para vencer esos males que les aquejan.

Como militante del PLD sé que es difícil para muchos de mis compañeros hacer promesas de resolver los males de sus comunidades. Esto porque el partido ha estado mucho tiempo en el poder y todavía quedan problemas pendientes.

No obstante, debemos reconocer que los problemas en República Dominicana son históricos y que sus soluciones estructurales y definitivas ameritan mucho tiempo.

De ahí que esta campaña electoral y la posibilidad de gobernar cuatro años más que tiene el PLD debe estar caracterizada por propuestas concretas y la firme y renovada voluntad política de cumplirlas.

El llamado también va a los aliados, que deben rechazar las alianzas políticas que tienen como fin el beneficio de unos cuantos o la permanencia en el poder de algunos. Se debe trascender esto y hacer el compromiso de defender los intereses y cumplir la voluntad de aquellos que fueron al sufragio a seleccionarlos.

Debemos evitar que la campaña política de este año sea un carnaval más. Debemos recordar y honrar al patricio Juan Pablo Duarte quien veía la política como la ciencia más pura y la más digna, después de la filosofía, de ocupar las inteligencias nobles.