La Otra Corrupción: la del sector privado…

La Otra Corrupción: la del sector privado…

TIRSO MEJÍA-RICART
En la edición anterior de esta columna escribí acerca de la corrupción gubernamental y sus diferentes manifestaciones, por ser uno de los factores principales de nuestro subdesarrollo político y económico. En esta ocasión quiero referirme a la corrupción que proviene de otro litoral, pero que contribuye tanto o más que la anterior a la degradación moral e institucional que padecemos. Me refiero a aquella que proviene del llamado sector privado.

Como en el caso de la corrupción gubernamental, podemos  identificar diversas modalidades de corrupción y delitos corporativos que cometen tanto los gremios y sindicatos, como los que perpetran entidades empresariales y sujetos individuales, por comisión u omisión, en busca de mayor poder y beneficios económicos.

Aun cuando los gremios o sindicatos y los grupos empresariales propiamente son, desde el punto de vista social, muy diferentes y hasta radicalmente opuestos en cuanto a los intereses que             defienden, lo cierto es que sus conductas pueden ser sensiblemente parecidas, cuando se trata de          

prácticas delictivas, o por lo menos nocivas para el orden social y económico. 

Tanto los gremios o sindicatos, como los grupos empresariales pueden actuar como asociaciones de malhechores, y como tales cometer los delitos más variados: asaltos, atentados contra grupos o dirigentes rivales, vandalismo, fraude, extorsión, chantaje, falsificación de documentos, etc. No obstante, existen algunos que por su relativa especialidad social y económica, merecen ser destacados aquí, entre los cuales reconocemos los siguientes:

a)         el racquet
b)         las acciones rompe-huelgas
c)         la fijación unilateral de precios
d)         los anuncios falsos
e)         la alteración de la calidad y los precios
f)          la falsificación de marcas y patentes
g)         el daño ecológico
h)         la evasión fiscal
i)          el fraude de seguros
j)          el soborno
k)         la suspensión de servicios

El racket, supone la búsqueda de beneficios excesivos, trabajo privilegiado y posiciones de poder de gremios o en el mercado de trabajo y el comercio, sobre la base de presiones grupales, extorsión, engaño, fraude y diferentes recursos de intimidación hacia personas, grupos y empresas. Es particularmente fehaciente en las actividades de transporte colectivo y de mercancías.

Las acciones rompe-huelgas consisten en tratar de destruir movimientos huelgarios o reinvidicativos, contratando nuevo personal, o agrediendo, chantajeando o sobornando a los dirigentes sindicales.

La fijación unilateral de precios, merced al monopolio, el oligopolio o el cártel; o bien con el acaparamiento y la especulación.

Los anuncios falsos, haciendo ofertas que no se tiene intención ni condiciones para cumplir parcial o totalmente, con el fin de atraer a clientes incautos.

La alteración de la calidad y los precios reales de los productos, para su comercialización, así como ofrecer productos o servicios caducados, peligrosos, dañinos o sin valor real, o bien con la alteración de pesos y medidas en perjuicio del cliente.

La falsificación de marcas y patentes comerciales, que significa la utilización de nombres, marcas comerciales y tecnologías patentizadas para obtener beneficios ilícitos.

El daño ecológico, causado por los productos o residuos que generan industrias o servicios realizados, con efectos perniciosos sobre la salud y los recursos naturales de la comunidad.

La evasión fiscal, que significa dejar de pagar o reducir las tasas de impuestos que corresponden entregar al gobierno, mediante declaraciones falsas y otros subterfugios.

El fraude de seguros, que incluye las pérdidas, robos e incendios provocados, para buscarle una salida rápida y beneficios a locales, equipos, inventarios o negocios obsoletos o no rentables.

El soborno de autoridades gubernamentales o de empleados de competidores, con fines de obtener la inobservancia en el cumplimiento de regulaciones gubernamentales, o bien informaciones útiles para su desenvolvimiento económico y social.

La suspensión de servicios esenciales para el desenvolvimiento de hogares o negocios, como medio de presión para obtener ventajas o beneficios económicos.

5. De hecho, los perjuicios económicos y morales que pueden achacarse a la corrupción de origen empresarial o privado, son muy superiores cuantitativamente a los que causan los llamados “delitos callejeros”. Roberts (1978) estima que delitos “corporativos” cuestan a la sociedad norteamericana casi diez veces los daños materiales que los comunes y pueden incluso costar mas vidas que éstos.

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