La otra Julia: Un homenaje mundial

La otra Julia: Un homenaje mundial

CHIQUI VICIOSO
Este cuatro de octubre, una joven y emocionada Julia Álvarez, subió al podium de una de las salas de las Naciones Unidas, para recibir a nombre de su madre, Doña Julia Tavarez de Álvarez, un homenaje mundial como pionera de los programas para envejecientes de todo el planeta.

Se trataba de la 17ava. conmemoración anual del Día Internacional de las Personas Envejecientes, fecha propuesta por Doña Julia y aprobada por la ONU en 1997, al igual que las bases de lo que luego se conocería como el «Plan Mundial de Acción Internacional sobre el Envejecimiento», así como la designación del 1999 como el «Año Internacional de las Personas Envejecientes».

Desde su arribo a la Misión Dominicana ante la ONU, Doña Julia había envisionado lo que luego denominaría como el terremoto de los envejecientes o «agequake». Esposa de un médico, Doña Julia sabia que el aumento de la esperanza de vida y la reducción de la fecundidad impulsarían una extraordinaria transición demográfica. A nivel mundial la esperanza de vida paso de 47 años en 1950 55 a 65 años en el 2005, y esta previsto que aumentará a los 75 años en el 2045 50. La mayoría de las personas mayores del mundo habita en los países en desarrollo y para el 20050 el 79% de la población mayor de 60 años, cerca de 1,600 millones, vivirá en esos países, previéndose que en los próximos decenios se producirá un alto grado de envejecimiento de la población en todas las regiones del mundo.

Esto significa que posiblemente será problemático asegurar un empleo digno, en caso de que así lo deseasen, o un nivel apropiado de atención en salud, para el creciente numero de personas mayores, imponiendo mayores cargas a las personas en edad de trabajar, en forma de impuestos y otras contribuciones, para que se pueda mantener una transferencia estable de recursos hacia grupos de edades mas avanzada (Estudio Económico y Social Mundial 2007: El Desarrollo de un mundo que Envejece, Págs. 3 y 4).

Doña Julia sabía que debido a esta transición el entorno social en que la gente envejece cambiaria con rapidez. El tamaño de las familias se reduciría, el papel de la familia ampliada se desvanecería y las percepciones con respecto al apoyo intergeneracional y la atención de las personas mayores cambiaria rápidamente., algo que ya se evidencia en Europa, donde, solo en Francia, la ola de calor mato a aproximadamente cinco mil ancianos recluidos en hogares, cuyos cadáveres los hijos no reclamaron, viéndose el gobierno obligado a enterrarlos en fosas comunes. Esto no sucedería en Africa, Asia o América Latina, donde dos terceras partes de las personas mayores de 60 años viven con sus hijos y la proporción de personas mayores que viven solas es menor de un 10 por ciento.

Doña Julia abrazo con ardor esta causa, ganándose el sobrenombre de «Embajadora de los y las envejecientes», y para demostrar que su causa no se quedaba solo en las palabras dono su casa y varias de sus propiedades en Santiago, a una orden religiosa para la creación del primer Centro para el Envejecimiento de la República Dominicana, con programas en las zonas rurales mas pobres de la frontera, de educación inicial, regenteados por maestros retirados.

En el homenaje a Doña Julia participo el subsecretario de la ONU, Kiyotaka Akasaka, en representación de Ban Ki’moon, su Secretario General; el Presidente de la Asamblea General de la ONU; de los Comités para Envejecientes gubernamentales y no gubernamentales; el Embajador interino dominicano ante la ONU, Sr. Henriquillo del Rosario, en representación del Sr. Canciller Carlos Morales Troncoso; y quien esto escribe; y Helen Hamlin, representante de la Federación Internacional de Envejecientes ante la ONU, y organizadora del homenaje a Doña Julia.

A la hora del almuerzo hubo otros testimonios de amigos cercanos, durante los 33 años que Doña Julia trabajo de manera honorífica en la ONU, pero la ovación de varios minutos la recibió su hija Julia Álvarez, a nombre de su madre, y sus lágrimas fueron el mejor testimonio de que ella también rendía tributo a una mujer dominicana que supo armonizar su inteligencia natural, con el matrimonio, la crianza de cuatro hijas, y la creación del mas visionario de los programas de las Naciones Unidas para un mundo que puede envejecer con alegría y dignidad.

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