La pagina

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Es aprender a coger y dejar. ¡Ooops! Empecé mal, pido disculpas.  (Aunque en realidad, creo que el problema es que no dejaron nada). Aquí vamos de nuevo. Uno oye las historias –en este caso, los cuentos de hadas, refranes y ciencia ficción – y las aplica a situaciones de la vida. ¿Ejemplos? El lobo feroz acecha a Caperucita Roja, y al final, se come… a la abuelita. O la princesa que besa a un sapo encantado y su tarjeta de crédito esto-no-tiene-limites-dale-pa-llá lo convierte en príncipe. O la bella durmiente dormida, que finalmente abre sus ojos y despierta de un largo sueño. En el caso de los refranes, mi favorito en estos momentos es “un capitán nunca abandona su barco”, y ¡menos cuando se está  hundiendo! Siguiendo con las actividades de nuestra itinerante vida social, es importante que sepan que el restaurante Ribereño está celebrando su primer aniversario. A partir de hoy,  tendrá una noche bohemia con Titi Martínez, el sábado Indie Night con Grabolio, y el domingo desde las 6:00 Foráneos Musique se encargara de ponerle música a los nuevos platos de temporada. A propósito de temporada, la revista Hola!, con lo mejor del prêt-à-porter otoño/invierno 2012-2013, trae la colección de Oscar de la Renta, en un editorial de moda titulado “El baile de debutantes”. Lo cual me recordó de inmediato la propuesta Débutant de Leonel Lirio, en el marco de DominicanaModa 2012, inspirada en las presentaciones en sociedad del Centro de Recreo en Santiago. Siguiendo con nuestro recorrido, los ejecutivos de Sebastián Profesional ofrecieron un coctel en Praia, para presentar la línea de productos para el pelo Trilliance, la cual tiene propiedades mágico-religiosas, y promete melenas luminosas, de esas que te obligan a usar lentes de sol por el resplandor que emanan y su suavidad es a prueba de paquetazos fiscales.   Entre los invitados, el clan Najri, anfitriones excepcionales, Patricia del Río, Krystal Serret, Paloma de la Cruz, y nuestra bloguera favorita, Yazmín Yeara.  Por cierto, regresan los «Winter Wednesdays» a Praia, por  cuarto año consecutivo, a partir del miércoles 28, los cuales prometen veladas memorables.  Además, los hará mejores personas saber que JR & Co. –cuyo mobiliario y artículos de decoración de alquiler te crean sentimientos de pertenencia del tipo, ¡no quiero devolverlos, son míos, míos! – ofreció un coctel en Romana, con motivo de la apertura de su nueva sucursal en la Zona Este. Janet Rivera y Ramón  Hipólito Mejía, propietarios del establecimiento, recibieron a los invitados entre los que se encontraban,  Ivonna Sosa, como con un tire,  y Ramón  A. Cáceres, Oscar Imbert, Tony y Martha Rivera, Juan José Arteaga y Roberto Bonetti.  Pero el evento más esperado de la semana fue la  quinta versión de Cata y Tapas, de El Catador,  70 vinos y 70 platos de 35 de los mejores restaurantes, en el Hotel Hilton, culpable del absentismo laboral durante el día de ayer. Allí no cabía ni un “mandao”, unas 700 personas, todo el mundo copa en mano dispuestos a emitir su opinión sobre cada uno de los vinos presentes. Se cuela que hay quienes se aprendieron el croquis varios días antes, y llegaron directamente a la zona geográfica de su preferencia. Otros permanecieron en la zona de las burbujas, donde fluyó libremente una selección de las mejores champagne del mundo:  Louis Roederer,  Billecart Salmon Perrier Jouet y Taittinger. Entre los presentes, Fernando Queipo y Laura Ariza, muy bien puesta con un fringe dress (¿Qué les he dicho de comprar Vogue?), Piero Bonarelli y Lisa Malla, con uno de los vestidos más chic de la noche, Oscar Villanueva y María Esther Valiente, Mario Dávalos y Lali Acra. Así como el clan Bonarelli siente pasión por el vino, lo cual ha sido trasmitido de generación en generación, hay que sacarle su “copa aparte” a Mariano Briceño padre e hijo, y a Cuchita Hernández de Grullón, a quien los expertos en la materia califican como la más destacada catadora en nuestra media isla, junto a sus hijos Manuel Alejandro Grullón, Claudio y Luichi Piantini, quienes se encontraban en los primeros lugares de personas con mas alta tasa de gozo. El elemento sorpresa de la noche, fue cuando Giuseppe Bonarelli decidió acompañar a la banda en el momento en que interpretaba el melodioso blues: I’m Tore Down. Sin perder su acostumbrada serenidad (por alguna extraña razón, solamente comparable en misterio a porque en todos los restaurantes hay que “calzar” las mesas, los Bonarelli no transpiran, no se despeinan y parecen siempre como acabaditos de salir de la ducha) agarró la guitarra con la misma destreza con que agarra una copa de vino, logrando escenas que rayaban en el paroxismo. ¡Un performance que bien valió la 8 mil copas servidas esa noche! ¡Ahhh…las bondades de la alegría embotellada!

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