La página

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El plazo es hasta las doce. En ningún cuento de hadas a las once y pico a Cenicienta se le “encacatan” los moños, o se le “defifarra” el vestido, o termina dándose cuenta de que los tipos con los que ella anda son realmente dos ratones.  Nota: la última parte suele ocurrir con bastante frecuencia en la vida real. Al escoger sus sombreros, de Philip Treacy, ni la princesa Beatriz, ni su hermana Eugenia se imaginaron la “chercha” que  iban a generar. Algo de lo que la rancia realeza inglesa adolece muy a menudo. Sin planearlo, o la mejor sí, porque después de todo, las mujeres somos criaturas misteriosas, ¿no?, se han convertido en las auténticas protagonistas de la boda real. Al cierre de esta edición, el grupo Princess Beatrice’s ridiculous Royal Wedding hat,  tenía 134,531.00  pulgares arriba, o Like,  según se estila en Facebook. Al final, lo importante es que hablen de ti,  aunque sea mal,  decía Dalí. ¿Y qué me dicen de Grace Van Cutsem?, bautizada como The Frowning Flower Girl, o la pajecito del truño, quien ajena al histórico beso  de William y Kate –en realidad fueron dos–  y con apenas tres años es la figura que siempre recordaremos tapándose los oídos en el balcón del palacio de “Bukinjam”. Siguiendo con nuestro itinerante, cerrado, y no obstante encantador círculo social,  hay una alerta de epidemia de pies escayolados: la primera fue Lía  Pellerano, precursora de la terapia yeso/Louboutin (también funciona yeso/Brian Atwood), Sarah De Moya, también devota de la medicina alternativa, Stephen Tiernay D’Alessandro, Vilmarie Roig y Helen Blandino, con el suyo de lo más “quitá de bulla” en Palmilla.  A propósito de Palmilla, este “finde”,  el momento de película # 23  estuvo a cargo de Tito Elías, George Ale Nader y Marcos Sánchez. Aconteció que George Nader se dirigía hacia Bávaro en helicóptero y los dejó en Palmilla… lo que provocó que todos se voltearan a ver quiénes eran tan fabulosos personajes,  en un silencio total,  en el que sólo se escuchaban las burbujitas de las copas, y el tintineo del hielo en los medicinales tragos de vodka cranberry. (Es sorprendente la autonomía que suelen tener las bebidas espirituosas). Además, los hará mejores personas saber que las invitaciones a la boda de Ema Keesee y Ricky Gómez, el 4 de junio en Romana, ya andan circulando. De la casa Tiffany  & Co, la invitación te susurra, (las cosas finas no gritan), el tipo de acontecimiento, lo cual podría evitar el exceso de creatividad –a. k. a. “yo-soy-la- más-full-y-voy-en- vestido-corto-aunque-sea-la-boda-de-Carlota-de-Mónaco”– que hemos visto últimamente. Y el concierto de Duran Duran, en Chavón,  reunió a los devotos de la agrupación británica. Entre ellos, Cristina Roig y Luis Bonetti, Philip Silvestri y Rebecca Hughes, Víctor Melgen, Karla Farach y María Amalia Leyba. Pero lo más comentado del fin de semana fue la boda de Tony Lama y Laura Yunén, también en Romana, que reunió la dosis de gente linda recomendada por el Cirujano General.  La novia bella y finísima, en Oscar de la Renta white guipure and ostrich feather embroided gown, (mejor conocido como el de las plumitas) de su colección Primavera 2011, y el cual fue visto en el fashion show del diseñador en DominicanaModa 2010, y el novio muy elegante en etiqueta tropical, compartieron alegremente con los invitados.  Uno de los detalles más simpáticos fue que los recién casados se trasladaron desde la iglesia hasta la recepción nupcial, en un Mini Cooper rojo, con lazo blanco y variedad de latas colgando, incluidos.  La fiesta fue en Playa Minitas, la cual fue entarimada  (un gesto muy noble y apreciado por las damas)  y con una exquisita decoración a cargo de Yudelka Checo, con flores, en la medida perfecta,  sin necesidad de depredar ninguna planta en extinción o el hábitat de alguna mariposita o frijolito* endémico. Entre los asistentes, Plácido Fernández y Marielena Chotín, muy linda en verde, Cristina Herrera, en azul pastel de Cavalli, Eric Haché, Jochi Gómez,  Nicole Chotín, Leo Guzmán y María Amelia Díaz, de rojo en Marchesa. Luciendo fenomenal, Agustín Lama  y Laura Pellerano radiante con su embarazo, Víctor Giordani y Stephanie Botrán, Laura Ovalles y Luis Oviedo, Dianne Bisonó, María Gabriela Ricart, Miguel Ramos, y las damas, Rebeca y Pamela Yunén, y Paula Lama, muy chic en trajes de corte sirena. Por alguna extraña razón, solamente comparable en misterio a por qué la gente se mira en los cristales de los establecimientos comerciales y hasta se arregla la ropa, a sabiendas de que todo el que está adentro lo está viendo,  unas pocas usaron vestidos blancos. ¿Hello?… ¿Novia? ¿Boda? ¿Gran día? ¿Esas palabras no les dicen nada? De todas formas, consultamos el “Manual la Mujer de Mundo, las actividades sociales y los colores: mentiras blancas que nadie acepta”, en el capítulo “El ramo, la corona, el velo… ¡es el día de la novia, depordios!” y dice que si le dan ganas de asistir en un níveo vestido y  no es la desposada, es candidata perfecta para la terapia del poncho. Luego de tejerlo, úselo. Es mejor ser conocida como “la del poncho” que como la “que no era la novia”. Si, lo importante es que hablen… pero, ¿no hubiese sido más fácil  pedirle prestado el sombrero a la princesa Beatriz?

*Frijolito:  pequeño escarabajo volador, con alitas, que parecen de organza y que según la trabajadora de la casa, se le mete por los oídos a los niños.

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