La Página. Las grandes galas son como el espejito mágico de los cuentos de hadas.

La Página. Las grandes galas son como el espejito mágico de los cuentos de hadas.

Las grandes galas son como el espejito mágico de los cuentos de hadas. (Ese mismo, el que tenía la madrastra de Blancanieves, y que mostraba todo sin los filtros de Instagram). Son el termómetro infalible de cualquier relación sentimental. La hora de la verdad, vestida de diseñador… ¿Una boda fabulosa, delivery de Neiman Marcus en percha, y el tipo no ha dicho ni “jí”? (Favor insertar un minuto de silencio aquí). Nota: no arme líos. Lo arriba descrito es ficticio y cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Siguiendo con las actividades de la semana, los ingenieros, arquitectos y decoradores están tan comparones que no le hablan a nadie. ¿La razón? La formal apertura del Centro de Diseño Marmotech, la cual reunió la dosis de gente linda recomendada por el Cirujano General. En ese mismo orden de ideas, Janet Rivera y Ramón Mejía, ofrecieron un open house, con motivo del cuarto aniversario de JR & Co., donde los invitados pudieron apreciar lo último en alquiler de mobiliario, en un ambiente muy distendido. Por otro lado, el evento más comentado de la semana fue la boda de María Gabriela Logroño y Ramoncín Báez, cuya historia de amor los convierte en protagonistas de película de “Jólivu”. Maga, nombre cariñoso de la novia, desfiló por la Catedral del brazo de su orgulloso padre, Miguel Ángel Logroño, en un delicado diseño de Lázaro que acentuaba su rubia belleza. El cortejo, todas divinas en un diseño de Leonel Lirio, estuvo compuesto por Graciella Dietsch, María Amelia y Beatriz Báez Zeller, Leslie Álvarez de Logroño, Manu Winter, Carla Pérez, Lisa Morel y Leonor García. (Razón por la cual no aparece ni una foto de los novios saliendo de la iglesia… porque todas las amigas estaban ocupadas siendo damas). Uno de los momentos más emocionantes de la ceremonia fue cuando Leonor García cantó en la iglesia, con una voz tan hermosa que le puso la piel de gallina a todos. (En el video que circula en las redes sociales se escucha que cuando comienza a cantar, su esposo Jean Pierre Bassa le dice “dale golda” y le tira un beso, así como la voz de sus hijos, quienes eran pajecitos, señalando que esa era mami). La recepción nupcial aconteció en el Country, con una decoración exquisita, donde no faltaba ni sobraba nada, y se cuela que la novia, quien está comenzando su empresa de como event planner, fue la responsable de los espectaculares arreglos de las seis mesas principales –se fue del Country a la 1:30 de la madrugada el día antes de la boda– así como de las seis columnas. Una fuente de entero crédito asegura que cuando Carmen Dinorah Vicens entró al Country hubo un silencio general… O sea, ella fácilmente podría crearle “trastornos adaptativos” del tipo “no voy a desfilar en ninguna alfombra” (sí, ese mismo, el que le da a los pajecitos en las bodas luego de tanto ensayar) a la misma Carlota de Mónaco. También lucían de red carpet, Lupe Ramos, con un vestido cut-out, Letty Rivera, Maribel Haché, en Gucci y Rocío González del Rey, con un crop top que mostraba su espléndida figura. Al llegar la “hora loca”, los trajes de los novios, ella en Inés di Santo, se iluminaban en la oscuridad, con el concepto “glow-inthe-dark” ejecutado magistralmente por Novella. La fiesta se “resetió” logrando escenas de júbilo que rayaban en el paroxismo. Se vieron también, amores perdidos, amores encontrados y amores “cruzados”, que no es más que cruzar varias veces por delante de quien todavía le acelera el corazón. (Suspiro). Las grandes galas son como el espejito mágico de los cuentos de hadas.

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