La paja en el ojo ajeno

La paja en el ojo ajeno

La cadena noticiosa más importante en el mundo árabe es Al-Jazeera.  Con un estilo muy similar a CNN, se ha destacado por tener una agresividad fuera de serie a la hora de escudriñar noticias, sobre todo, aquellas en las cuales el mundo occidental ha tenido poco o muy poco éxito en obtenerlas.  Sin embargo, creemos que esta cadena televisiva ha cometido un gran desafuero y exceso en su juicio prejuiciado  contra nuestro país, cuando transmitió un documental en el cual criticaba al Gobierno Dominicano por no dar documentación y negarle la nacionalidad a los  hijos de haitianos ilegales nacidos en su territorio y darle crédito a Sonia Pierre, la cual declaró que cientos de haitianos en esa condición, son apátridas en nuestro país.

¿Podría esta cadena noticiosa enclavada en un país en donde las mujeres usan la burka, no pueden conducir un automóvil y tienen que caminar detrás de sus maridos, enrostrarnos algo a nosotros?

   Pero existen más limitaciones al pleno ejercicio de los derechos inherentes a los seres humanos.  Según el Corán, a los musulmanes les está prohibido tomar cualquier tipo de licor.  El problema no radica en la aplicación a los mahometanos, sino que se lo aplican a los turistas y visitantes, aún no sean estos de esa religión.  En una ocasión que me encontraba en Abu Dhabi, la capital de los Emiratos Árabes, unos amigos que había conocido en el Reino Unido me invitaron a un almuerzo en un típico restaurante en plena calle.  Qué sorpresa recibí al preguntarme el mozo: ¿Qué desea tomar?  Mi respuesta fue: una cerveza.  Los rostros de los que me invitaron se quedaron paralizados pues pensaron que algún parroquiano podía oír “la blasfemia” que habíamos, sin saberlo, pronunciado.

   Una de las cosas que me explicaron cuando iba a las excelentes y elegantes tiendas por departamento era, cuidado si se te ocurre piropear o tocar, aún indirectamente a una mujer, ya que ésta puede denunciarte con la policía y detenerte y lo más seguro, aunque seas extranjero, condenarte a una pena aflictiva, como puede ser unos latigazos o flagelarte con una vara de bambú.

   La mayoría de los matrimonios que se realizan en los países en donde es utilizada la burka, se efectúan por lazos familiares y en donde los novios apenas se conocen antes de realizarse la ceremonia de unión matrimonial.   Entonces:  ¿Puede Al-Jazeera juzgar actuaciones que pueden calificarse de válidas en otros países y al mismo tiempo no se atreve a denunciar aberraciones en el mundo donde se desenvuelve?  Por supuesto que no.

   ¿Porqué Al-Jazeera no defiende con la misma vehemencia que hace de los haitianos, los miles y miles de inmigrantes que llegan a los países árabes en condiciones casi de esclavitud, procedentes de Bangladesh, Yemen, Pakistan, Sri Lanka y otros destinos?  Es más fácil ver la paja en el ojo ajeno, que no la viga en el propio.  Aquí, por lo menos los haitianos gozan de libertad y no se le puede señalar a las autoridades dominicanas el no reconocerle nuestra nacionalidad a los que por casualidad o por necesidad, sus mujeres vienen a parir  en nuestro territorio.  Al fin y al cabo, la Constitución haitiana establece que son haitianos todos los hijos de haitianos, nazcan en donde nazcan.  Presidente Martelly, organice sus Oficialías Civiles para evitar, que como afirma la Pierre, que sean apátridas.

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