La palabra de Cambrone, la de Mella y la de Alburquerque

La palabra de Cambrone, la de Mella y la de Alburquerque

Existen palabras que pasaron a la historia, por su impactante contundencia al ser pronunciadas. Así podemos citar de preferencia, estas tres: mierda, carajo y coño.

La primera salió de los labios marciales, del general napoleónico Cambrone, cuando “la Naturaleza” decidió ponerle fin al vuelo triunfal de las águilas imperiales del corso genial. El inglés Wellington altanero, exigió en el campo de Waterloo, la rendición pura y simple. Y el general Cambrone le gritó: “¡Mierda la Guardia Imperial muere, pero no se rinde!”.

La segunda palabra de las tres seleccionadas “¡Carajo!” fue pronunciada  por Matías Ramón Mella, la noche del 27 de febrero de 1844, frente a la Puerta de la Misericordia, al notar Mella la ausencia de algunos comprometidos. Quizás involuntariamente retrasados o talvez arrepentidos. Y al notar que flotaba en el ambiente cierta vacilación. Lanzó a los aires un estentórico “¡Carajo!”, que enseguida acompañado fue por el estampido de un tiro comprometedor, salido de las férreas entrañas de su trabuco naranjero. Y de ahí todos salieron rumbo hacia El Baluarte de El Conde.

Y ya la tercera palabra “¡Coño!”. Fue ella hija de la ira, de la indignación y del coraje de un talentoso ingeniero, de un honesto legislador, al ver su señera magistratura preterida, ignorada y ultrajada. Y al advertir, cómo: Añagazas, componendas y medios palaciegos con cínica actitud. Todo en soterradas manipulaciones áulicas y venales, para apropiarse de “La Liga Municipal. Entonces el legislador, el ingeniero Ramón Alburquerque gritó: “¡Entren todos coño! ¡Coño entren todos!”.

Y para finalizar vamos a ofrendar algunas palabras, a la memoria del benemérito general Matías Ramón Mella y del Castillo. El hombre del flamígero ¡Carajo!”.

El 25 de febrero de este año 2011 se cumplieron 195 años de su nacimiento. Y falleció en Santiago el día 4 de junio de 1864, este año se van a cumplir 147 años de su deceso. Lo que significa que solamente vivió cuarenta y ocho años. De él se afirma que fue de figura apolínea, siempre garboso y de compostura auténticamente militar. Ceñido el uniforme galonado, con verticalidad firme y austera. Siempre destellantes de sol las charreteras. Y el docto autor de “La Patria en la Canción”, don Ramón Emilio Jiménez, afirma que: No fue nunca el rígido instrumento de la fuerza militar”. En 1864 falleció Mella en Santiago. Y en sus exequias estuvo el Padre Fundador Juan Pablo Duarte, bastante compungido y siempre al lado de Ulises Francisco Espaillat, el único que tal parece se empeñó en atender y en entender al Padre Fundador, quien en ese año de 1864 se fue a Venezuela y doce años después murió en Caracas en el 1876.

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