La palabra y los hechos

La palabra y los hechos

A la gente de este gobierno le picó, cuando Hipólito Mejía declaró solemnemente que será implacable en perseguir la corrupción, cuando ocupe la Presidencia de la República.

Era de esperar que el sofisma y el fuego fatuo verbal sacaran las uñas en las palabras de esa gente del gobierno.

Habrá que ver cuántos funcionarios del gobierno actual resistirán una investigación sobre sus cuantiosos y súbitos de males (bienes) que exhiben de manera descarada.

Del mismo modo que el hablador y el cojo no llegan lejos sin ser descubiertos, quienes se sacan el premio mayor de una de las cuchucientas  loterías que jugamos, sudan dinero.

Es tanto lo que poseen que se vuelven locos. Compran todo lo que no tuvieron, se mudan de barrio y sus nuevas viviendas son de las más suntuosas.

Hipólito habla de la corrupción y se refiere al derroche de dinero mal habido, que ha permitido a un ministro pagar cuentas de más de un millón de pesos, consumidos en cualquier condumio. Y esa no es la única cuenta de ese nivel ni él el único ministro que gasta a manos llenas.

Actúan como lo que son, con la ridícula ostentación de nuevos ricos.

Viven  bajo la divisa de “a lo que nada nos cuesta hagámosle fiesta”.

Entienden que el Poder es para disfrutarlo, mantenerlo y cada día crear un nuevo engaño que apantalle al pueblo.

La prensa recoge todas las declaraciones de los enriquecidos a costa de la coima, el tráfico de influencias o el cobro indebido de altísimas sumas por permisos para operar negocios, tipo de corrupción que no deja huellas visibles. Las declaraciones de esos funcionarios son leídas y escuchadas con una montaña de sal. No van a permanecer callados.

Las múltiples y escandalosas denuncias públicas amparadas en datos reales, debieron mover la acción pública, pero eso  no le conviene al Procurador General de  la República y a sus jefes.

Veremos a ver quiénes compran y compraron fincas, residencias, solares, apartamentos en el país y en el extranjero, pues tanto ellos como sus familiares tendrán que demostrar el origen de los fondos para adquirir propiedades por muchos millones.

Quieren desviar la atención, pero el foco está sobre ellos. Ellos están en la escena y sus actuaciones son incorrectas, ilegales e indecentes.

La gente de este gobierno aplica el modo de defensa que consiste en atacar al contrario, para con esa cortina de humo continuar el engaño.

Hablan para continuar la larga cadena de mentiras que los pinta de cuerpo entero.

Nos mienten, saben que nos mienten, pero no nos engañan.

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