La paradoja de la vida:
RD podría convertirse en importadora de café

<STRONG>La paradoja de la vida:</STRONG> <BR>RD podría convertirse en importadora de café

La República Dominicana podría convertirse en breve tiempo en un país importador de café, después de varias décadas exportando  500   mil a 600 mil quintales anuales.

Las causas principales: falta de incentivo  a la producción por parte de las autoridades, aumentos de los costos de producción, escasez de mano de obra y la falta de relevo generacional.  Esta situación ha provocado aumentos constantes en el precio del café molido en el mercado local, que desde hace dos semanas los torrefactores le subieron RD$24 a la libra.

El popular sobrecito ha subido de precio tres veces este año: de RD$5.00 a RD$6.00, luego a RD$8.00 y ahora a RD$10.00. Eso ha traído un alza de un 100% a los consumidores de café colado, cuyos vendedores lo subieron de RD$5.00 a RD$10.00 el vacito o taza.

En general, se puede decir que el incremento en los precios del café en el nivel local es un reflejo de la situación internacional. Cada día en el mundo el café de calidad está mermando la producción, tanto en Colombia como en Brasil.

 Los cafés que se consumen en el país y  que ahora son de mayor calidad, están más caros. Por eso, el consumidor nacional va a ver constantemente los incrementos de precios del café, que es una realidad del mercado.

La disponibilidad de ese producto ha ido mermando y con el paso de los años se ha convertido en una crisis, porque los costos de producción son muy altos.   

Esto hace que cada año menos productores se interesen en continuar atendiendo sus fincas, por lo que no está lejos el día en que el país va a pasar de exportador a importador de café.  Lo que está ocurriendo aquí también pasa en Cuba y otros países que eran importantes productores de café. Pero hay que entender que la economía de la producción de ese grano tiene muchos problemas, porque por ejemplo, en los costos de mano de obra, principalmente para  la recolección, que es la primera fuente generadora de la crisis de producción del café.

 Ningún productor está obligado a mantenerse en una actividad económica en la que no tiene ganancia, que es lo que le está pasando a la inmensa mayoría de los productores agropecuarios del país.

 Además, en el caso del café no existe el relevo generacional, debido a que los hijos de los caficultores no quieren seguir el camino de sus padres, porque ese “es uno de los cultivos que más pobreza ha generado en el país”, producto de los sistemas de comercialización y de dificultad en la producción. Las autoridades están haciendo esfuerzos para mantener la producción, pero es muy difícil lograrlo, porque cuando el productor no tiene beneficios no vale que haya incentivos del Gobierno. Es lamentable que esto ocurra, porque perjudica al país. Al desaparecer el bosque cafetero, como ha estado ocurriendo desde hace varios años en la Cordillera Septentrional  (desde Nagua hasta Monte Cristi).

 En esa cordillera estaba el 50 por ciento de las plantaciones de café del país, que se ha reducido a menos del 10 por ciento en las últimas tres décadas (a partir de 1980). Los productores de esa y otras zonas han ido cambiando de ese cultivo a otros que le dejan alguna rentabilidad, como los pastos y los frutales. Esa cordillera ha perdido casi el 90 por ciento de su cobertura boscosa de café.

 En las últimas tres décadas las plantaciones de café se han reducido en alrededor de un 60%. Hace 30 años  aquí había 2.4 millones de tareas sembradas de ese grano y en la actualidad quedan un millón 420 mil tareas. Además queda algo sembrado de café en las provincias Valverde y Espaillat,  en San José de las Matas, de Santiago, y en Santiago Rodríguez.

En Puerto Plata queda algo de la caficultura tradicional. En los municipios de Constanza y Jarabacoa, en la provincia de La Vega, es donde están ubicadas las plantaciones de café más modernas y eficientes del país.

En el Sur del país, en donde los caficultores son más apegados a sus fincas, ha hecho más lento el proceso de desaparición de las plantaciones. En zonas cafeteras como Polo, en Barahona, y  Pedernales, está desapareciendo el café. La oferta de café en el país disminuye  cada vez más, lo que se refleja en los precios internos del grano, porque la gran producción  que había aquí generaba un café de segunda que era el destinado al consumo interno.

Pero al reducirse drásticamente la producción de café del país, la industria  de la torrefacción   tiene cada día menos disponibilidad de granos para procesamiento. En la década de 1980 el país exportaba entre 500 mil y 600 mil quintales. En la actualidad exporta  menos de 50 mil quintales,  realidad que se está reflejando en los precios del café de consumo interno.

Los aumentos de precios del café se han estado reflejando entre una cosecha y otra, cuando generalmente el grano ya está en poder de los torrefactores.

Pero los productores esperan que  los precios se reflejen entre octubre y noviembre, cuando comienza a levantarse la próxima cosecha.

Los caficultores estarán atentos a los precios que les ofertarán los compradores a partir de esta cosecha 2010-2011.

Este es el segundo incremento de precio del café durante este año.

 El primero fue en marzo y con el de ahora equivale a unos RD$30 por libra, unos RD$300 por quintal, pero el costo de producción también aumentará.

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