La pareja de doble ingreso

La pareja de doble ingreso

El notable incremento en el número de mujeres que trabajan ha dado lugar a un fenómeno bastante común conocido como la pareja de doble ingreso, lo cual se refiere específicamente al matrimonio en el que ambos contribuyen al ingreso familiar en tanto que asalariados.

Vivencias referidas manifiestan ciertas ventajas obvias para las parejas de doble ingreso: las mayores ganancias permiten un nivel de vida superior, hay más dinero para las necesidades cotidianas, para emergencias, para vivir en un sitio mejor, y para una mejor educación de los hijos.

A pesar de reconocer que las mujeres dotadas están proporcionando servicios, desarrollando su talento creativo y realizando la identidad vocacional, hay tensiones funcionales causadas por la ansiedad y el estrés originado por conflictos de funciones, exigencias desmedidas o contradictorias para una sola función o requerimientos sociales.

Éstas provienen en parte de barajar tres funciones singulares; una que se concentra en la familia, otra en el trabajo del marido y la tercera en el empleo de la esposa; por lo que en cada instante una función requiere más tiempo y energía que las otras. Durante la juventud, las necesidades de los hijos pequeños y la lucha por establecer una carrera suelen entrar en conflicto, lo que obliga a la pareja a determinar prioridades.

En estas familias, los esposos suelen reportar más insatisfacción matrimonial que otros, pero esto sin analizar que esa insatisfacción y el estrés que sufren se pueden paliar con un horario de trabajo flexible, que les permita cuidar mejor de las necesidades de la familia.

Recientes estudios reflejan, en más de un tercio de las parejas, que en este tipo de matrimonio suelen evidenciarse graves conflictos de roles, los cuales se deben a prescripciones o exigencias contradictorias de dos o más roles sociales, como las de cónyuge, padre, madre y trabajador; bajo conflictos provocados como resultado de las exigencias del empleo, las horas de labores, las discrepancias de horario entre esas responsabilidades y las domésticas y las crisis familiares.

Sin embargo, las satisfacciones laborales que se han examinado a veces se derraman a toda la familia, en especial si se trata de posiciones elevadas, pues con frecuencia se permiten adaptarse mejor a las limitaciones en la flexibilidad y el tiempo, así como a la presión aumentada inherente a la situación de los matrimonios de doble ingreso.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas