La pareja ideal ¿será la que tienes?

<p>La pareja ideal ¿será la que tienes?</p>

POR ANNA JIMÉNEZ
De acuerdo con una encuesta realizada entre parejas, se han agrupado las principales características de lo que tanto hombres como mujeres consideran los rasgos de una pareja «ideal». «Ideal» está escrito entre comillas porque, de acuerdo con las distintas experiencias, no es posible que se den todos los rasgos juntos. Sin embargo, esta lista puede ser utilizada para evaluar las condiciones actuales de su  pareja y motivarse para dialogar sobre las carencias, necesidades y deseos de cada cual.

características de la pareja idealizada

Que me acepte tal como soy.

Que respete mis creencias, ideas y puntos de vista aunque no los comparta.

Que acepte que tengo necesidades y deseos propios.

Que pueda contarme lo que siente y piensa.

Que esté disponible para escuchar algún problema que tengo sin enojos ni réplicas, ni consejos ni sugerencias si no se los solicito.

Que podamos disfrutar juntos de parte del tiempo libre que tenemos.

Que podamos tener proyectos en común sin descuidar los proyectos individuales.

Que posea capacidad para dar y recibir afecto.

Que entienda que mis ritmos son diferentes a los suyos y los respete.

Que podamos comunicarnos en forma efectiva, sin malentendidos ni sobrentendidos y lleguemos a acuerdos.

Que muestre conductas amables.

Que pueda separar su trabajo de su hogar; que cuando esté en casa esté en casa y no siga, con su mente, en otro lugar.

Que pueda estar disponible para acompañarme en trámites complejos que necesitan de su intervención; al médico, cuando tengo que realizarme estudios que me preocupan y angustian, etc.

Que se interese, si intromisión, en mis asuntos.

Que me llame, durante el día, por su necesidad de comunicarse conmigo y para saber cómo estoy.

Que sepa desempeñar su función paterna/materna.

Que sepa administrar el tiempo y el dinero.

Que tome iniciativas.

Que tenga capacidad de decisión y que me consulte sólo cuando sea necesario.

Que cumpla con los compromisos que establece.

Que sea responsable en lo que hace y se comprometa en su trabajo.

Que colabore en las tareas de la casa.

Que me incluya en sus proyectos cuando las circunstancias lo permitan.

Que sea capaz de organizar y hacer cosas conmigo, haciéndose cargo de su parte.

Que asuma su responsabilidad en ciertos temas que generan conflictos en la pareja.

Que acepte, con buena disposición de ánimo, quedarse con nuestros hijos, llevarlos a la escuela, bañarlos, etc., cuando la situación lo requiera.

Que me consulte cuando tenga que tomar alguna decisión

que involucre a la familia.

Que me apoye en la puesta

de límites a los chicos y que, si me equivocare, que me confronte cuando estemos solos y no me desautorice frente a ellos.

Que colabore en la organización de fiestas y reuniones.

Que cuide su salud psíquica y física en todos sus aspectos.

Que sea vital, entusiasta y con creatividad en los juegos sexuales.

Que podamos hablar libremente, sin tabúes, sobre temas sexuales.

Que responda a mis seductoras invitaciones.

Que comprenda que no siempre «se está con deseos».

Que respete mi tiempo.

Que el coito sea la consecuencia de un vínculo de amor y no de una «imperiosa necesidad biológica».

Que conozca la forma en que más me gusta «hacer el amor».

Que sepa «sintonizar mi frecuencia».

Que me sorprenda con algún regalo fuera de las fechas claves.

Que recuerde dichas fechas.

Que podamos compartir información variada.

Que me proteja cuando me siento «en baja».

Que me atienda con buena disposición cuando no me siento bien y se encargue de tareas que no le son habituales.

Que comprenda que yo, como cualquier ser humano, tengo impedimentos para ciertas cosas.

Que pueda aceptar que, en ciertos momentos, se pueda tener malhumor.

Que cuando esté con malhumor e intolerante no lo descargue conmigo y/o con los chicos.

Que conozca mis intereses vitales y deseos, cuya realización me producen un estado de bienestar y armonía.

Que acepte que, en ocasiones, tenga que desarrollar esos intereses fuera de casa con lo que se trastorna, en parte, los horarios habituales.

Que comprenda que, en ciertas oportunidades, necesito experimentar momentos de soledad.

Que no me manipule ni con miedo, ni con soborno, ni con culpa para obtener algo de mí.

Que comunique abiertamente lo que sintió y pensó en vez de hacérmelo saber mediante subterfugios, disculpas o evasivas.

Que se haga un tiempo para el intercambio de mimos.

Que pueda llegar a comprender que tengo conflictos con mis padres y que, a veces, la culpa me impide ponerles límites adecuados.

Que sepa jugar y divertirse conmigo y los chicos.

Que tenga conciencia de los problemas que tenemos como pareja (que no los niegue), que tenga autocrítica ( que se haga responsable de su parte) y que manifieste un auténtico deseo de cambio.

Aquí sólo figuran algunos ítems. Hay muchos más, pero es una muestra representativa de las quejas más comunes de la pareja, quejas que, puestas en positivo, nos dan el perfil de la «pareja ideal» la que, en la realidad cotidiana de la vida, es muy difícil de encontrar pero posible de construir si hay, entre los miembros, respeto y amor. Y para complementar la respuesta a cualquier interrogante que les halla surgido al leer este artículo, les recomiendo adquirir el libro «Parejas tormentosas», del escritor Emilio Jorge Antognazza.

Sobre el libro
Desde Adán y Eva hasta nuestros días, el autor ha identificado dos estilos bien definidos de parejas: las tormentosas y las trascendentes. Las primeras se caracterizan por una fuerte necesidad inconsciente de »pasarla mal», priman las exigencias y las quejas mutuas y el otro existe sólo en tanto satisface las demandas. Las segundas, por el contrario, cimentan su unión en lo que el autor denomina «los cuatro pilares básicos:» El respeto, el amor, el proyecto compartido y la comunicación eficaz.

Si bien en cada pareja podemos encontrar rasgos de ambos estilos, es importante descubrir qué estilo predomina y qué podemos hacer para mejorar nuestra relación.

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