El 27 de febrero se celebra la Independencia Nacional, y por ende se define este mes como el “mes de la patria”.
Patria es un concepto abstracto con un fuerte contenido afectivo y simbólico. Cada vez que escuchamos este término nos acercamos más al poema de Pedro Mir, nuestro poeta nacional. “Si alguien quiere saber cuál es mi patria, no la busque no pregunte por ella. Siga el rastro goteante por el mapa y de efigie de patas imperfectas….. “.
Un poema que hace referencia a nuestros recursos naturales, nuestra gente, su esfuerzo y su lucha cotidiana.
Entendemos que la patria se encuentra en la vida cotidiana de nuestro pueblo, la riqueza y diversidad cultural presente en nuestra cotidianidad desde: costumbres, sincretismo mágico-religioso, celebraciones de carnavales y gaga, construcción de redes y tejido social informal de solidaridad y apoyo mutuo, solidaridad entre mujeres en casos de violencia y abusos sexuales, promoción de cambios culturales de nuestros jóvenes a través de distintas expresiones musicales, la visibilización y reforzamiento de los rasgos físicos y corpóreos de la afrodescendencia, indígena-descendencia y raíces caribeñas.
La patria se construye y reconstruye desde las nuevas generaciones y con los flujos migratorios que aportan a su dinámica cultural. La presencia haitiana, china, libanesa, española, italiana, judía, venezolana, colombiana, cubana, cocola y muchas otras han enriquecido y enriquecen nuestra patria aportando a nuestra configuración étnica y cultural.
La patria trasciende el territorio. Nuestra diáspora, dominicanos y dominicanas que residen en otros países también representan la patria. El patriotismo que nos dejaron como legado nuestros héroes y heroínas lejos de ser violento y amenazante ha sido siempre una práctica de difusión de valores ciudadanos y de convivencia armónica.
En la actualidad muchas personas se encuentran en una relación triste con la patria. Triste porque a pesar de haber nacido en nuestro territorio su nacionalidad está despojada o indefinida. Su vida transita por la exclusión y la negación de derechos a la educación a un empleo seguro o una fuente de ingreso desde la economía formal. Esta es la situación de la población dominicana de ascendencia haitiana que sufre las consecuencias de la sentencia del tribunal constitucional y que su situación aún no se resuelve.
Este mes de febrero debe tener una meta patriótica: lograr que toda la población dominicana esté debidamente documentada y goce de los derechos que le corresponde como tal. Igualmente que nuestra patria siempre sea un referente de armonía y cohesión social despojándonos de reduccionismos nacionalistas y fronteras físicas. Así la celebración del mes de la patria se convierte en una verdadera fiesta sin exclusión.