Don Ramón Emilio Jiménez inició en 1917 la publicación de poemas para ilustrar a los niños y a los jóvenes y para contribuir a que se conservara la memoria histórica sin la cual es relativamente fácil la desnacionalización, la pérdida y olvido de los valores nacionales.

“La Patria en la Canción”, título con el que se conocen los versos musicalizados por varios compositores dominicanos, es un método de crear, fomentar, enseñar, valorizar, contribuir al conocimiento de qué somos, quiénes somos, de dónde venimos y señala el camino que debemos transitar.

Algunos entienden que la Patria es el territorio donde nacimos, donde nos criamos, otros entienden que la identidad nacional la da, además, el conjunto de vivencias, creencias, acciones en común, manifestaciones culturales, clara conciencia de lo que queremos ser, qué fines y metas comunes perseguimos.

Ramón Emilio Jiménez escribió y describió desde los nombres de los pájaros y las frutas hasta el inicio de las clases y el regreso a la casa desde la escuela, iluminados con el violeta y el anaranjado del atardecer. El poeta le cantó al trabajo, a la belleza, al uso de los recursos naturales con mesura y visión de futuro.

Todas esas enseñanzas entraban en la memoria y en el alma de los niños, los que mañana tenían la obligación de enfrentar cualquier atisbo o inicio de acción que atentara contra la integridad de la Patria, de su territorio, de su alma descrita amorosa y virilmente en su himno a la Bandera. También esté en el Himno Nacional.

Cantar en la escuela se convirtió en un ejercicio que contribuyó a crear jóvenes patriotas a partir de 1933, cuando el Superintendente de Educación Pedro Henríquez Ureña aprobó que la obra fuera utilizada como texto en la enseñanza oficial desde el primer hasta curso de la Primaria hasta la Secundaria, inclusive.

Por eso amamos nuestra Bandera, por todos los días subíamos la enseña Patria con aquellos versos que dicen “mientras haya una escuela que cante/tu grandeza Bandera de honor/ vivirás con el alma de Duarte/flotaras con el alma de Dios”.

¿Forma parte de la enseñanza nacional obligatoria cantar, loar, estudiar, escribir y aprender las grandes lecciones de nuestra Historia, las luchas por la Independencia, por la Restauración, contra la intervención extranjera?

El conjunto de enseñanzas éticas que contienen los versos de Jiménez son muy importantes para la formación de los jóvenes. De ahí que sugerimos que se vuelva a cantar en la escuela las glorias de Duarte, Sánchez, Mella, Luperón, como ejemplos de lucha por los derechos nacionales.

A los perredeístas les digo como Duarte: “Trabajemos sin descansar, no hay que perder la fe en Dios, en la Justicia de nuestra causa y en nuestros propios brazos”.