La patria esperada

La patria esperada

El diccionario de la Real Academia Española define la antropofagia como la costumbre que tienen algunos salvajes de comer carne humana. En ese mismo tenor habla del caníbal como el salvaje de las Antillas que era tenido por antropófago.

De ser cierto que por los mares caribeños existan los come gente, tal vez sería más apropiado llamarles los Come Pueblo. Estos últimos mal interpretando el mensaje cristiano de “Amaos los unos a los otros”  lo han traducido al estilo Atila como “Armaos los unos contra todos los otros”. Cual lobos disfrazados de ovejas andan ofertando a la ingenua Caperucita lo que no poseen, con tal de obtener el voto que legitime sus cargos  por seis años el venidero 16 de mayo.

¿Digieren estos caníbales dominicanos el siguiente pensamiento martiano?: “Política es eso: el arte de ir levantando hasta la justicia la humanidad injusta; de conciliar la fiera egoísta con el ángel generoso; de favorecer y de armonizar para el bien general, y con miras a la virtud, los intereses… La patria es dicha de todos, y dolor de todos, y cielo para todos, y no feudo ni capellanía de nadie. Quien piensa en sí, no ama a la patria. La patria no es de nadie: y si es de alguien, será, y esto solo en espíritu, de quien la sirva con mayor desprendimiento e inteligencia”.

Comprenderían los futuros congresistas lo dicho por Juan Bosch en su discurso inaugural de 1963: “De ustedes, senadores y diputados elegidos por el pueblo, sean del partido que sean, el Gobierno que se inicia hoy espera un trabajo continuo para darles a los dominicanos un puesto bajo el sol entre los países avanzados de América… Todos seremos polvo algún día; y de nosotros quedará el recuerdo sólo si le damos a este pueblo y a la América lo que el pueblo dominicano y la América esperan de nosotros”.

Propicia es la ocasión para reconsiderar nuestra misión como ciudadanos conscientes y empeñados en sacar a nuestro pueblo del atolladero en que por décadas hemos estado metidos. ¿Cuál es la visión de futuro que contemplamos? ¿Dónde están las metas que nos forjamos? No todo está perdido si se plasma en realidad el contenido de las intenciones de nuestro jefe de Estado, doctor Leonel Fernández Reyna: “¡Sólo la educación salva a la República Dominicana! Pero, realmente, ¿a qué tipo de educación nos estamos  refiriendo? ¿En qué consiste la educación del Siglo XXI? ¿Cuáles son los conocimientos, destrezas y habilidades que los niños y los jóvenes deben aprender en estos tiempos modernos para ser en el futuro ciudadanos competentes y útiles? En verdad, lo primero que el sistema educativo debe enseñar a los jóvenes es la capacidad para pensar, para crear, para innovar y para cultivar la imaginación”.

Y el verbo se hizo carne y puso su tienda entre nosotros. Como ven, aún mantengo la fe.

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