La pequeña burguesía según Bosch

<p>La pequeña burguesía según Bosch</p>

CARLOS AMARANTE BARET
Nuestro maestro Juan Bosch escribió dos libros que todo peledeísta debe releer: La pequeña burguesía en la historia de la República Dominicana y Composición Social Dominicana. Estas dos obras forman parte fundamental de la teoría que el PLD adoptó: El bochismo, y es indispensable conocerlas para poder explicarnos la conducta y las luchas de la pequeña burguesía desde la fundación de la República, en su inconclusa misión por crear un Estado democrático.

Al releerlas, tratando de entender la conducta reeleccionista de un sector del partido, cobra más fuerza que nunca la tesis, harto demostrada en los hechos, que plantea el líder y fundador: la historia republicana, una vez desaparecidos los hateros, no es más que la historia de las luchas de las diferentes capas de la pequeña burguesía por construir un Estado burgués, el cual no ha cuajado debido a la naturaleza social de este sector de clase.

Desde que murió Santana hasta hoy, la pequeña burguesía ha monopolizado las luchas políticas y la ha impregnado con su inestabilidad característica. Bosch lo explica en Composición Social cuando dice que una vez derrocado Pepillo Salcedo “…comenzaba un largo período de poder de la pequeña burguesía, caracterizado por la inestabilidad y por episodios que no podían explicarse si no se supiera que la pequeña burguesía tiene actitudes cambiantes e inesperadas propias de su naturaleza social”.

A la conducta política hay que buscarle una explicación sociológica si queremos interpretar correctamente determinados comportamientos y virajes de 360 grados que se producen en el accionar de los hombres y mujeres provenientes de las diferentes clases y sectores sociales. Fue lo que nos enseñó Bosch en los Círculos de Estudios cuando aplicaba el método del materialismo histórico al estudio de la historia.

Como si fuera ayer mismo, Bosch afirma en La Pequeña burguesía…lo siguiente: “La clave para comprender por qué la historia dominicana presenta tantos altibajos, tantos puntos débiles, tantos momentos oscuros y de confusión, está en la existencia de la pequeña burguesía en condición de componente mayoritario de la población…” Esta pequeña burguesía “vive bajo el signo de la inestabilidad”, apunta en su Dictadura con Respaldo Popular, lo que explica esos altibajos, esas confusiones.

La psicología social de la pequeña burguesía reeleccionista pronto se expresará, como ha sucedido desde el inicio de la República. Cree que el que se opone a su proyecto es un enemigo al que hay que combatir con todas las armas disponibles para vencerlo, ganárselo o neutralizarlo. Esta conducta proviene de su inestabilidad social producto de su posición en las relaciones de producción y no quieren ni pensar en la posibilidad de un proyecto alternativo dentro del mismo partido, pues no “es seguro”, ya que seguro es lo que tienen ahora. Por eso es tan virulenta y destemplada en el debate interno, aunque aparente otra cosa en público. Claro, con sus excepciones.

Bosch no se equivocó cuando afirmó: “En la lucha por conquistar posiciones, la baja pequeña burguesía tiende a ser violenta; la mediana y la alta tienden a usar la calumnia, la mentira, el chisme, cuanto más bajos, mejor”.

Si los sectores de la pequeña burguesía que promueven la reelección en el PLD pretenden que olvidemos la historia, se equivocan. Si sueñan con que neguemos las enseñanzas del líder, ignoran la naturaleza de la simiente que este prócer sembró. Este pueblo tiene su historia, única, propia, particular. Tiene su cultura, sus tradiciones que lo identifican como tal. Hacer historia comparada no es pecado si no se abusa de las extrapolaciones. Mal ejemplo escogen cuando nos comparan con la democracia representativa por excelencia: Estados Unidos, o las que tienen fuertes contrapesos institucionales.

Nuestra oposición a los proyectos reeleccionistas se debe a razones históricas y debilidades institucionales que aun perduran en nuestra sociedad. El PLD surgió para ser un punto de inflexión en la “arritmia histórica nacional que ha sido el rasgo distintivo de nuestra evolución”, según Bosch. No para aprovecharnos de ésta como han hecho otros partidos y líderes, responsables de nuestro atraso democrático. Mucho menos abusando del liderazgo y popularidad del doctor Leonel Fernández.

Da pena que 46 años después de decapitada la dictadura, las diferentes clases y sectores sociales dominicanos no hayan sido capaces de terminar la larga transición democrática iniciada. Este es el reto de los sectores de la pequeña burguesía progresista del PLD. El impacto negativo de la reelección en dicha transición, será el objeto del próximo artículo.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas