POR LAURA CAMINERO
Esta fruta es originaria de regiones de Europa oriental y de Asia occidental, donde su cultivo se viene realizando desde épocas muy remotas. Su principal componente es el agua. Provee grandes aportes de azúcares, fibra y minerales. Podríamos decir que de las tres principales frutas de esta época es la menos buscada.

Su forma depende de la variedad de que se trate y oscila entre la de una manzana y la de una lágrima, así como su sabor, textura y color, que va desde el amarillo hasta el verde pasando por el rojo y el pardo con un sabor es ácido y astringente cuando aun está verde y conforme se madura se torna más dulce. Su peso ronda los 170 gramos.

Su calidad se aprecia más cuando se cosechan ligeramente verdes. Las de otoño deben recogerse apenas hayan alcanzado su máximo volumen, en cambio las de invierno se recogen cuando empieza a caer la hoja, ya que si se recolectan demasiado pronto puede marchitarse la corteza y la pulpa.

Para elegir las mejores podemos hacer una leve presión con el dedo hasta que cedan. En nuestra casa debemos sacarlas de la bolsa para que puedan respirar y manipularlas con cuidado, son muy sensibles. Podemos guardarlas en lugares frescos, secos y protegidos de la luz y si es en la nevera, preferiblemente en la parte menos fría y no por mucho tiempo porque se maduran rápidamente.

Esperamos hayan aprendido algo en estas tres entregas de las características de las principales frutas utilizadas en las navidades.

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