La percepción popular frente al tema de la corrupción

La percepción popular frente al tema de la corrupción

Sectores de la sociedad manifiestan preocupación por el fenómeno de la corrupción en muchos segmentos de la vida nacional. Mientras se dice que se hacen esfuerzos sinceros para transparentar todas las acciones, especialmente las públicas, algunos políticos y voceros de la sociedad civil expresan insatisfacciones en ese sentido. Se hacen campañas. Se aprovechan momentos para hacer denuncias. Se comenta, se escribe, se divulga, pero, pocos se han detenido a analizar lo que piensa la mayoría de la gente común, no voceros de los grupos élites, sobre ese mal que viene carcomiendo las cimientes morales desde hace mucho tiempo.

Están pendientes de determinar las causas reales de porqué, a pesar de las manifestaciones de preocupación de algunos grupos de la clase media, pensante e incluso de la alta, no necesariamente llegan a penetrar en las conciencias de toda la sociedad, en particular, de una franja importante de los que tienen poco o no tienen nada.

En ese sentido, hay una preocupante expresión popular que debe ser analizada o estudiada profundamente por los expertos del comportamiento social y humano, en el sentido de que: “todo el mundo tiene derecho a mejorar su situación de acuerdo a sus posibilidades”. Frase que se escucha a diario en diferentes segmentos.

Porque una gran masa de ciudadanos para quienes según algunos expertos la corrupción no representa un problema fundamental, y como consecuencia les resbalan las preocupaciones en contra de este flagelo moral, podría ser a causa de que, las campañas de denuncias son ineficaces, por los malos ejemplos de las clases dirigentes, o porque le restan calidad a quienes las realizan.

La gente común podría percibir que la riqueza y bienestar que exhiben muchos miembros de las cúpulas públicas y privadas, así como algunos voceros, no las obtuvieron por obra y gracia del Señor, sino aprovechando coyunturas, facilidades, complicidades o alianzas.

Pensar que la corrupción solo ha existido o existe en el ámbito público, en unas épocas más o en otras menos, pero que no tienen complicidades con el sector privado, solo cabe en cabezas de quienes están desconectados del pensar popular, porque el dominicano, a pesar de la alegría y la chercha, es agudo y suspicaz. Ve más allá de lo que muchos se imaginan. Tiene las antenas alertas para darse cuenta de cómo evolucionan los demás. Puede ventear lo que se guisa a sus alrededores. Y no tiene tan mala memoria como dicen algunos.

La gente sabe el trabajo que les ha costado a algunos lograr determinados lugares de respetabilidad o bienestar en la sociedad, pero también sabe distinguir cuando gente del sector público como privado han avanzado de forma vertiginosa.

Somos un país con tantos vasos comunicantes, que le permite a la gente sacar sus propias conclusiones de forma simple y sin necesidad de acceder a informaciones especiales. La gente percibe cuando se destacan bonanzas económicas aceleradas en cualquier sector. Por eso, la percepción sobre la corrupción es compleja. Para combatirla hacen falta: conocimientos, ejemplos y calidad moral.

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