No todos los seres humanos tienen la misma percepción de su entorno y son conscientes de las realidades de las cuales podría depender su existencia. Un sencillo ejercicio de geografía, el dibujo de un mapa mental, nos muestra cómo la percepción es diferente en cada adolescente, dependiendo de su entorno y de la cultura.

El flujo de informaciones es fundamental. En una era donde abunda tanta información, es muy  fácil perderse. Una persona puede disponer de un mapa y una brújula, pero si no sabe dónde se encuentra está perdido. Mirar a su alrededor y poder percibir lo exterior, ayudará a ubicarlo en el lugar exacto donde está. La percepción es el proceso cognoscitivo que permite interpretar y comprender el entorno. Es la selección y organización de estímulos del ambiente.

La percepción incluye la búsqueda de la obtención y el procesamiento de información. Las palabras claves para definir la percepción son selección y organización. Es común que personas diferentes perciban en forma distinta una situación, tanto en términos de lo que perciben en forma selectiva como en la manera en que organizan e interpretan lo percibido. Las cosas en el mundo físico se perciben a través de los sentidos y a través de ellos llegan al cerebro. 

El desarrollo de los sentidos hace diferenciar a una persona de otra y a veces el resultado de esto es que existen situaciones prácticas donde una misma realidad no se percibe de igual manera; esto es debido a que los sentidos en algún momento tienden a engañar. Pero no solamente a través de los factores somáticos se percibe lo que nos rodea.

La educación cuando va de la mano de la formación, nos entrega una gran cantidad de herramientas, que son de gran ayuda en el recorrer de la vida. Ese conocimiento que aporta la educación es un instrumento que está a favor para que influya de una manera correcta en la percepción del entorno. Otro factor que afecta a la percepción, es la cultura que en parte se hereda de los antepasados, y también de la “ley del ambiente”. Los trabajos de probabilidad subjetiva confirman  que uno tiende a ver lo que desea ver o lo que está preparado para ver. De esta manera la percepción adopta formas diferentes de acuerdo a la clase del sujeto que suministra la información. La percepción no es un proceso intelectual, pero se intelectualiza cuando el sujeto que la percibe es un ser humano.

Eso lo sabe Leonel que instrumentaliza su población pobre y mal educada a quien hace creer que hizo algo bien, que el otro lo hará mejor y que ella dejará de hacerlo mal.