La pérdida de la fe

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BONAPARTE GAUTREAUX PIÑEYRO
Un amigo me criticaba que mis artículos de la década de 1970 hacían un énfasis permanente en que el problema de nuestro país era el trastrueque de la escala moral.

Cuando se dejó de cumplir y confiar en la palabra empeñada. Cuando el cura se metió en política partidaria, cuando el comerciante comenzó a alterar la composición de los alimentos que vendía, cuando los médicos comenzaron a dejar de lado el parto natural porque el parto con cesárea le dejaba mayores beneficios, cuando la sociedad permitió que tal ocurriera y lo tomó como natural, entonces comenzó la pérdida de la fe, porque no había sanción.

No hablo de la fe en sentido religioso. Me refiero a la fe como parte del sentimiento nacional, a la fe como parte fundamental de un sistema de creencias, seguridades de que hay marcos de referencia que se respetan, como la escala moral.

El diccionario de la Real Academia trae definiciones de lo que es fe. Veamos algunas:

“Confianza, buen concepto que se tiene de una persona o cosa. “Tener fe en el médico. “Creencia que se da a las cosas por la autoridad del que las dice o por la fama pública…”luz y conocimiento sobrenatural con que sin ver se cree lo que Dios dice…”.

La escala moral ha sido virada boca arriba sin que hayamos sido lo suficientemente exigentes para recuperarla.

Ahora la sociedad nacional acepta cualquier carajete que ayer no tenía un centavo, hoy convertido en un potentado por vía del contrabando, evasión de impuestos, tráfico de influencias, de las obras obtenidas de grado a grado, de los porcentajes que se reciben al asignar obras del Estado, de los bienes obtenidos mediante el uso y abuso de rangos militares, mediante el cobro de altas mensualidades a niños que estudian en colegios construidos por los gobiernos y entregados a curas y monjas.

Dondequiera que uno pisa el suelo moral se hunde.

No hay confianza en la administración de la Constitución y las leyes.

Hay magistrados que manejan un mercado donde el mejor postor tiene ganancia de causa.

Legisladores de ahora y de legislaturas pasadas, tienen precio y tarifas para que se conozcan o no los proyectos de leyes, para que se dejen morir en las comisiones de estudio, como un modo de presionar al interesado para que aumente su oferta.

Desde el Poder Ejecutivo es desde donde emanan mayores fuentes de corrupción al amparo de manejos no legales ni santos de los dineros públicos.

Hay una gran complicidad de mucha gente que se beneficia del desorden y de la amoralidad en que nos desenvolvemos.

¿Qué hacer? Reclamar que desde el seno de la familia se preparen ciudadanos decentes, honrados, que demanden conductas públicas y privadas correctas y apegadas a la moral.

Exigir que haya justicia y que las autoridades del gobierno cumplan con su papel actuando dentro de la ley y que los organismos de control de las acciones gubernamentales cumplan con su papel.

Vea el panorama. Indague, busque la verdad, y luego decida quién o quiénes usted quiere que lo gobierne en el período 2008-2012. Sólo hay un responsable: usted.

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