La pérdida de pelo en mujeres adultas

La pérdida de pelo en mujeres adultas

Doctora Alina Hernández
Médico dermatóloga, gerencia de Medicina Interna del HGPS

En los últimos años, la pérdida de cabello en mujeres -ya sea por causas genéticas, hormonales u otros factores- ha recibido importancia por parte de la sociedad y de la ciencia, ya que es una gran amenaza para la mujer, provocándole trastorno emocional, mental y social, con fuerte impacto en su identidad, siendo su pérdida o deterioro causa frecuente de estrés y depresión ante las consecuencias estéticas causadas por la caída del pelo.
Cada año crece el porcentaje de mujeres que padecen de pérdida de pelo, disminuyendo así la diferencia existente entre hombre y mujeres que enfrentan esta situación. En consecuencia, cada vez son más las pacientes que acuden a la consulta en búsqueda de un diagnóstico y una solución a su problema.
La alopecia es la caída patológica del pelo, ya sea temporal o permanente, en cualquier lugar de la piel, debido a un defecto estructural o funcional en el folículo piloso, y puede aparecer en forma de parches o difusa.
El nombre de esta condición deriva del griego “alopex” que significa “zorro”, recordando la pérdida temporal que sufren estos animales (la muda) dos veces al año.
Funcionalmente, el pelo tiene un ciclo de crecimiento similar, que se produce de forma cíclica y que consta de tres fases:
– Anágena: es la fase de crecimiento activo del pelo.
– Catágena o fase de involución: cuando el folículo entra en regresión.
– Telógena, o fase de reposo, a partir de la cual el pelo volverá de nuevo a la fase anágena.
La duración de las fases varía según las distintas partes del cuerpo y es lo que determina la longitud que alcanza el pelo.
Así, en el cuero cabelludo el 80-90 % de los pelos están en fase de anágena (de crecimiento o proliferativa) que dura entre 3 y 4 años; el resto está en fase de catágena (involución), que dura 2-4 semanas, o en telógena (reposo), que dura 2-4 meses, al final de los cuales el cabello cae y vuelve a iniciarse un nuevo ciclo de crecimiento. En contraste, los pelos corporales, los de cejas y pestañas, tienen una fase proliferativa relativamente corta y una fase de reposo más larga.
El crecimiento medio del cabello es de 0.3 mm al día, esto es, un centímetro al mes. En determinadas zonas, como son barba, torso, genitales y cuero cabelludo, está regulado por la acción de las hormonas, especialmente los andrógenos. En el cuero cabelludo, cerca del 90 % de los pelos se encuentran en fase anágena y el 10 % en fase telógeno.
En promedio 50 a 100 de los pelos en telógeno se desprenden todos los días. Esta es la pérdida del cabello normal y es responsable de la pérdida de cabello visto todos los días en la ducha y con el cepillado del cabello. Estos pelos vuelven a crecer.
Cuando existe una alteración en el ciclo de crecimiento de los pelos, ya sea anágena o telógena, desencadena una serie de trastornos que afectan el folículo piloso conllevando a la perdida de pelo.

Clasificación de las alopecias
Existen dos grandes grupos de alopecia: las no cicatriciales, donde las estructuras del pelo no se destruyen, aunque sufran otros cambios funcionales, y las cicatriciales, donde la destrucción del pelo provoca daños irreversibles debido a una enfermedad propia de los folículos o independiente de ellos.
Alopecias no cicatriciales. La más frecuente e la calvicie o alopecia patrón femenino.
Es la alopecia propia de la mujer, en la que se produce una sustitución lenta y progresiva de un pelo fuerte del cuero cabelludo por un pelo cada vez más fino y corto hasta llegar a desparecer. Está localizada en la parte delantera (frontal) y/o vértex.
Dentro de las causas de esta enfermedad están vinculados los factores genéticos así como los factores hormonales.
Algunas mujeres, alrededor del 30 %, con alopecia de patrón femenino pueden tener signos de hiperandrogenismo como hirsutismo, acné resistente a tratamiento, galactorrea, infertilidad o alteraciones de la menstruación, sin tener alteración de laboratorio.
Efluvio telógeno. Es el segundo tipo de alopecia más frecuente en mujeres, se manifiesta por una pérdida de cabello en todo el cuero cabelludo, el pelo pasa de una fase activa a una fase telógeno (reposo) prematuramente.
Dentro de las más frecuentes están: la alopecia posparto, apareciendo de dos a cuatro meses luego del parto, el estrés emocional, las enfermedades tiroideas, la deficiencia de minerales, o las dietas hipocalóricas y no balanceadas, así como trauma quirúrgico, la pérdida de sangre y medicamentos.
Efluvio anágeno. Es una manifestación clínica más intensa, ya que hay un desprendimiento masivo de pelos en la fase anágena (activa).

Suele aparecer como respuesta a determinados medicamentos administrados por vía oral, parenteral o cutánea, o tras la radiación de la cabeza, por ejemplo: medicamentos para tratar el cáncer, enfermedad tiroidea, anticoagulantes y otros.

Publicaciones Relacionadas