La pérdida de un gran equipo

La pérdida de un gran equipo

Creo que jamás se ha conformado un equipo económico como el que logró orquestar el PRD a partir del 2004, después de su derrota electoral. Lo hubo en la campaña del 2000, cuando Hipólito Mejía ganó las elecciones, pero no era comparable. Tampoco, ningún partido de los existentes, fuera o dentro del gobierno, logró reunir tantos economistas de alto nivel como el que aglutinó este equipo.

No todos eran del PRD. Algunos se integraron porque encontraron en el ambiente del equipo económico un refugio intelectual para hacer oposición seria, sin las envidias y revanchismos que prevalecen en otros organismos de dirección de los partidos políticos. Aquí nadie era un extraño y se trataba a los recién llegados igual que a los viejos robles del PRD.

Muchos se preguntarán ¿cómo se ponían de acuerdo tantas mentes brillantes? Bueno, al final el líder del grupo, que era Hipólito Mejía, buscaba siempre un punto de consenso en función de sus prioridades políticas, dejando a todos más o menos conformes. Pero jamás la política interfirió con la transparencia de las informaciones que se suministraban.

Ese equipo se mantuvo fuertemente unido durante los ocho años que gobernó Leonel Fernández y jugó un rol extremadamente importante en el esclarecimiento de temas económicos, energéticos y a veces de carácter social, todos altamente sensibles y que el oficialismo siempre trataba de desvirtuar o manipular.

Rara vez el equipo se equivocó en sus predicciones o denuncias y jamás se dio una información falsa a los medios. Todo estaba bien documentado.

Llegó un punto en que las declaraciones del equipo económico eran esperadas con ansiedad por muchos sectores del país aunque con rabia por el Gobierno. Funcionarios, como Bengoa, perdían los estribos y acusaba al grupo de mitómanos.

La verdad es que el equipo se hizo respetar, siendo la única oposición seria al gobierno de Fernández, porque en el PRD, ningún otro organismo funcionaba, mientras el resto de la oposición se vendía al oficialismo.

¿Y qué pasó con ese equipo?

Cuatro derrotas electorales consecutivas y la división del PRD decretaron su muerte.

Muchos se preguntaran ¿donde están todos ellos? Algunos, alejados de la política, escribiendo articulitos y sobreviviendo de la profesión, pero sin reencontrarse desde hace meses.

Unos cuantos se engancharon al oficialismo y están picando bien en el Gobierno de Danilo.

Sobre los demás, varios continúan con Hipólito, uno pocos con Miguel y otros con Abinader, tratándose entre ellos como si fueran de partidos diferentes.

A pesar de su talento, el equipo subestimó la capacidad del PLD para unificarse y gastar lo que sea necesario cuando de ganar elecciones se trata. Son disciplinados, conocen las debilidades del oponente y tienen agallas, algo de que de lo que carece el PRD.

Es tal el poder político y financiero del partido gobernante, que unificó en torno a él a la mayoría del empresariado criollo y partidos opositores, doblegando a base de papeletas a oponentes de grueso calibre. Además, dividieron al único partido de oposición y espantaron a su selecto equipo, contratando algunos de ellos como asesores.

Danilo está consolidando ese poder usando su sello personal y aromatizando el fétido ambiente dejado por su predecesor.

Definitivamente aprendimos una lección. En un país sin educación, falta escrúpulos y lleno de miseria, no se ganan elecciones con denuncias impactantes sobre déficits, deudas, contratos malévolos (Sunland), corrupción, dispendio, nominillas, clientelismo, compra de votos, etc.

Porque resulta que unos sobrecitos amarillos para los hambrientos y baúles dorados para los acólitos, tienen más poder que cualquiera de esas pendejadas, aunque la economía se vaya al carajo.

 

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