Los tiempos de austeridad suelen ser al mismo tiempo procesos de interesante producción creativa. Es lo que pasó con el patchwork, una antiquísima técnica de costura que surgió evidentemente ante una necesidad social, pero que ha logrado mantenerse vigente hasta hoy.

Aún no queda claro si su origen es egipcio o inglés, pero la versión de que procede del noreste africano tiene más credibilidad, tomando en cuenta que se han encontrado muestras que datan de la era precristiana en esta zona. 

“Patchwork” es una palabra compuesta por los vocablos en inglés “patch”, que significa parche; y “work”, que significa trabajo o actividad. Se trata de una técnica sencilla que une retazos o parches de diferentes tipos de tela para formar un solo lienzo. Sus usos han ido cambiando con el tiempo. Alguna vez sirvieron para hacer las tiendas de pueblos nómadas, pero también como amuleto contra el mal de ojo, tejido para diseñar sillas de montar, vestidos de novia, alfombras y un sin número de piezas de uso elemental.

Y poco a poco se ha ido perfeccionando, para lograr un tejido con mejor terminación y con una combinación más ingeniosa de  telas y tramas para, incluso, formar parte del catálogo de diseñadores tan afamados con Ralph Lauren, cuya firma Polo ha sido una de las primeras en implementar la técnica en piezas de ropa. Las piezas más emblemáticas de esta colección fueron los pantalones, pero también se usó para chaquetas y tenis.

Pero así como él, otros diseñadores lo han incluido en colecciones recientes, como la presentada por Basso & Broke, en el Mercedes-Benz Fashion Week de Moscú.

Entonces el patchwork ha venido de extremo a extremo, de ser una salida en tiempos de crisis a textura usada en muebles de gran lujo.

Lo básico. El patchwork es una tarea sencilla, pero tampoco está exenta de pautas básicas para hacer un buen trabajo. Se recomienda  elegir telas 100% algodón, por su resistencia, aunque no están prohibidos otros tipos de tela. Los colores son decisión personal, puede usar telas lisas o estampadas.

Es un trabajo que requiere tres capas de tela: una tela inferior o base, el relleno y los retazos que se van a destacar. El relleno puede ser de lana o poliéster y en el grosor que guste.

En cuanto a los hilos, es bueno coser cada retazo con un hilo de su color, o hacerlo todo con un hilo de un color que se destaque.

Debe planchar las piezas a medida que las vaya cosiendo.

Ya que tiene todos los utensilios a mano (agujas, tijeras, reglas, tizas…), es hora de cortar los retazos. Si los va a extraer de piezas de ropa, trate de hacerlo con un desbaratador de puntadas, para aprovechar la mayor cantidad de tela.      Dibuje el trazo sobre la tela antes de cortar, según la forma geométrica que quiera utilizar.

 Finalmente, unir cada pieza con alfileres, enfrentando las caras derechas. Cosa entonces al revés, y cuando haya terminado, pase la plancha al derecho.

Formas. Los estilos más utilizados para unir las piezas de patchwork son “Cathedral Window”, “Scrap piecework”, “Foundation piecework”, “English paper piecework”, “Seminole patchwork”, “Hawaiian piecework” y “Stained glass window patchwork”.

Cada uno de estos estilos combina los retazos en formas geométricas para crear efectos como los de un remolino o vitrales.

 Cómo se utiliza. Uno de los usos más comunes del patchwork es en la creación de edredones, especialmente en Estados Unidos, donde esta práctica deja grandes ganancias a quienes se dedican a ella. Se calcula que la gente invierte anualmente unos 2.7 billones de dólares en edredones, en el país norteamericano.

El patchwork es muy utilizado actualmente como tapiz para muebles, y una nueva tendencia es usar retazos más grandes de lo habitual. Estos se prestan para ambientes muy atrevidos y modernos, que no están muy saturados, ni en color ni en objetos, para que el mueble pueda destacarse sin reñir con los elementos decorativos restantes.

Las claves

1.   Bosquejo

Antes de comenzar a unir retazos sin criterio, planifica bien lo que quieres hacer. Crea un boceto en papel y luego “ármalo” en el suelo, para observar cómo luce. Así podrás cambiar el diseño si no te gusta como queda.

2. Costura

Dedica mucha atención al  momento en que unes los retazos para que no queden deformados. Procura siempre dejar el mismo margen de costura en cada retazo. No importa si el trabajo se hace a mano o a máquina, lo más importante es que la costura sea fuerte, según el uso que se le dará a la pieza final.