La perredeización del endeudamiento peledeísta

La perredeización del endeudamiento peledeísta

El PLD en lo político se ha balaguerizado, moviéndose hacia la derecha y dedicándose a incorporar a su regazo a miembros de los partidos de oposición.

En su política de endeudamiento externo, sin embargo, ha copiado de Hipólito Mejía y del PRD, quienes utilizaron la emisión de bonos soberanos pocos meses antes de las elecciones congresuales del 2002 para construir muchas obras públicas, con el propósito de lograr votos en provincias y tuvieron éxito, ya que el PRD en ese año aumentó su presencia en el Senado en 5 senadores y el PLD perdió 4.

España ofrece un programa de ayuda externa a través de fondos prestados a muy largo plazo, unos 20 años y a tasas de interés muy bajas, un 2%, parecidos a los préstamos norteamericanos de la AID.  Esos recursos españoles son conocidos como Fondos FAD (Fondos para el Avance del Desarrollo).  Bienes y servicios españoles pueden ser adquiridos con esos recursos blandos, pero, por ser fondos públicos del erario español, esas compras está sujetas a concursos y a mucha transparencia.  Hipólito Mejía no utilizó Fondos FAD, sino que tomó prestado varios cientos de millones de euros, a tasas de interés comerciales y con vencimientos que promediaban 7 años, a bancos privados españoles, quienes, a su vez, obtuvieron un seguro contra riesgo político por parte de una agencia semi-estatal española.

Con esos recursos se importaron, sin ningún concurso, carros “pollitos”, señalización de carreteras que pronto desaparecieron, uniformes militares, en vez de haberlos comprado a nuestras empresas de zonas francas y un sinnúmero de otros bienes sobrevaluados adquiridos a varias compañías, pero pertenecientes todas a un solo suplidor, con una misma dirección, quien, junto con su agente local, ganó millones. Tanto se endeudó el gobierno del PRD bajo ese mecanismo que la empresa aseguradora llegó a su tope-país y no se pudieron tomar más préstamos.  La prensa dominicana de ese entonces denunció a la empresa española que suplía todos esos bienes sobrevaluados, como también lo hicieron voceros del PLD.

En su discurso del 27 de febrero pasado, el Presidente Leonel Fernández anunció que tomaría prestado US$200 millones en Fondos FAD españoles, pero a la fecha no lo ha hecho, pues eso hubiera implicado concursos y transparencia.  Al igual que Hipólito Mejía ha optado por los préstamos comerciales españoles sin transparencia y ha enviado al Congreso alrededor de US$400 millones en préstamos de la oficina española del Deutsche Bank para adquirir equipos para hospitales, bienes militares, etc.  En esta ocasión ningún congresista, ni ningún periodista se ha preocupado por estudiar los contratos para identificar a las empresas suplidoras de todos esos bienes sobrevaluados.  Como desde el 2002 los contribuyentes dominicanos, a través de impuestos, han amortizado parte de los préstamos tomados durante el gobierno de Mejía con la banca española, la agencia aseguradora tiene ahora cupo para asegurar al país y Fernández ha hecho uso de esa ventanilla.

Una de las ventajas para el país del DR-CAFTA es que obliga al gobierno dominicano a efectuar concursos para sus obras públicas y para las compras de bienes.  Sin embargo, el gobierno norteamericano no se ha quejado de que todas esas compras a España no se liciten, dándole oportunidades a suplidores americanos.  Tampoco se queja cuando los brasileños se llevan las presas y las autopistas, sin licitación.  El PRD, quien fue el primero en acudir a los bonos soberanos y a los préstamos con bancos españoles, no se atreve a criticar lo que ahora sucede, al ser el padre intelectual de la diablura y sabe, además, que se le puede contestar con un feo expediente.

Mientras tanto el país se endeuda en operaciones duras y no diáfanas que bien podrían haber sido financiadas a través de operaciones blandas y sujetas a transparencia.

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