Confieso que he leído la historiografía de Duarte. Como clínico de la psiquiatría he olfateado y he hurgado en todo el trayecto de su curva vital, es decir, su familia, su identidad, su pensamiento, su conducta y su práctica psicosocial; así como sus valores y circunstancias que le hacían reaccionar de la misma manera en diferentes circunstancias. De ese desarrollo biográfico he sentido el carácter, el temperamento, los rasgos y la identidad de Juan Pablo Duarte Díez.
La personalidad es el resultado integral del componente biológico, psicológico y socio-cultural, donde la familia, la escuela, las circunstancias y las experiencias asumidas, establecen las diferencias entre una persona y otra. ¿Por qué Duarte era y termina siendo diferente a los demás políticos de su época? ¿Qué lo hacía ser diferente a Santana, Báez, Bobadilla, a conservadores y liberales? Sencillamente, su personalidad.
Duarte tenía una identidad Psico social asumida, un carácter adquirido por un padre que le reforzó y le validó en su forma de ser y de pensar. Es el padre Juan Vicente que le niega a Boyer cerrar su negocio y firmar que estaba de acuerdo con las medidas de su gobierno. Duarte deja constancia en su comportamiento de un temperamento sanguíneo-flemático, caracterizado por ser una persona cálida, vivaz, alegre, muy empático, y a la vez muy expresivo, con buen ánimo y mucha energía, lo que le hace ser excelente anfitrión o predicador, orador de masa, o emprendedor de tareas y metas con misión utópica, pero con tendencia a lograrlas. Mientras que el flemático es tranquilo, sereno, equilibrado, en cualquiera de las circunstancias. Difícilmente reacciona de forma colérica, o explosiva; son pasivos, conciliadores, de tendencia a la disciplina y al trabajo.
Todo esto hace que Duarte, logre sus propósitos y metas. Creando La Trinitaria, La Filantrópica, y su estrategia en la participación de la Reforma, y su accionar incansable en el logro de la Independencia. Sin embargo, lo que más le ayudó fue su rasgo obsesivo de tendencia a la disciplina, al orden, a la organización y perseverancia; así como la inflexibilidad en sus ideas y en su práctica política desde principio a fin sin abortar sus ideas, su identidad Psico-social y sus valores.
Duarte vivía y existía con una identidad del yo diferente a los actores de su época con mentalidad anexionista, colonialista y sin fe en sus propósitos. En cada circunstancia, sin importar las consecuencias, mantenía sus ideas y comportamiento, y eso no lo asimilaban ni conservadores, ni liberales. Duarte estableció la diferencia debido a la firmeza en el súper yo la parte moral y ética, en su principio y la conquista de su conciencia.
Confieso que después de reflexionarlo, Duarte sigue siendo la persona más sana, más funcional y más madura, que logró la trascendencia y el sentido de vida de una Nación.