La pesadilla
Piden la «cabeza» de Alex Rodríguez en
Nueva York

La pesadilla <BR><STRONG>Piden la «cabeza» de Alex Rodríguez en <BR>Nueva York</STRONG>

POR ERIC NEEL
De ESPN.com

Es una tarde soleada en julio, horas antes del juego, en el Central Park de Nueva York, y Alex Rodríguez se está asoleando. Con el pecho al aire, recostado de una piedra, riendo y hablando con su esposa Cynthia, jugando en la grama con su joven hija, Natasha. Debe ser un momento dulce para ellos, recibiendo el abrazo del sol y la brisa, solos y juntos.

Pero nosotros no lo vemos así. Lo vemos como el momento de distracción previo a los tres errores que cometió esa misma noche contra los Azulejos de Toronto.

Columnistas como Jay Greenberg, del NY Post lo ven como un “tiempo innecesario de rayos ultravioleta” que lo dejan sin prepararse para su trabajo. Así es como atacamos a A-Rod.

El se va de 10-3 durante una barrida de los Atléticos en el Bronx en junio y llamamos al programa radial de Michael Kay, diciendo que él no batea en el clutch, que no es como Reggie o Paul O’Neill. Y particularmente agitados diciendo que no es mejor que Danny Tartabull, un agente libre caro que promedió .252 en más de tres años con los Yanquis a mediados de los 90.

Tartabull pegó 262 jonrones y Alex tiene 452 a los 31 años. El porcentaje de OPS de Rodríguez es casi 100 puntos más alto. Es el actual JMV de la Liga Americana. Va al Salón de la Fama, y el otro tipo está opacado en la oscuridad. La comparación es absurda.

Pero así es que atacamos a A-Rod.

El pega un grandslam para irse arriba y luego conecta un sencillo y otro jonrón de tres vueltas en el paseo de los Mets a principios de julio y la multitud del Yankee Stadium le da una ovación de pie y lo llama a salir del dugout para saludarlo después de cada jonrón.

Pero al final de la noche, luego de fallar con un rodado en su último turno al bate, Sean y Mike, dos fanáticos de unos 30 años vienen y me dicen, ‘Sí, sabemos que es bueno, sabemos que lo necesitamos. Pero aún así, hay que admitir que para un jugador grandioso, es malo con coj… Para ser honesto contigo, odiamos al cab…’ Y así es que atacamos a A-Rod.

Decimos que él se aprieta y que solo vive posando. Pedimos que los Yanquis lo cambien. Le damos en la cabeza con comparaciones con Derek Jeter y David Ortiz.

Nos burlamos de su apariencia, de sus palabras. Le damos poco valor a sus éxitos, abucheamos sus fallos y sus erores. “Nunca he visto un jugador tan maltratado”, dice Kay, quien también transmite juegos de los Yanquis en la cadena YES. “Es sorprendente”.

Hemos oido diversas razones – resentimiento por su contrato de US$252 millones, envidia de su talento, frustración porque no excede nuestras expectativas, una percepción de memoria selectiva de que no es bueno en el clutch y por supuesto que no es Derek Jeter.

Todas estas explicaciones tienen validez, sin duda, pero no explican claramente el por qué la irracionalidad y la intensidad de lo que hacemos.

Hay algo más en todo esto. Rodríguez ha tenido un mal verano para sus standars, pero no tiene que ver con eso. Todo tiene que ver con esto y siempre esto: Pensamos que A-Rod es débil. No lo vemos lo suficientemente fuerte para ser el tipo a seguir. Creemos que es un tipo suave.

Versión (Dionisio Soldevila Brea).-

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