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POR YULY ARROYO
La Pinky logró resguardar el tesoro más preciado de los seres humanos, el amor, en una producción llena de fantasía, realidad, color, luces, humor y esplendor. La Pinky y los Piratas de Barbanegra fue un montaje espectacular donde no se escatimó esfuerzos ni recursos para ofrecer a la familia una obra llena de sueños y realidades.
Sin temor a equívoco podemos afirmar que fue uno de sus espectáculos más vistosos, con una trama cargada de humor, drama, y sobre todo del vacío que sienten las personas al perder un gran amor.
La gala se presentó el pasado viernes en la Sala Eduardo Brito del Teatro Nacional, con la presencia de la primera dama de la República, Margarita Cedeño de Fernández, funcionarios y cientos de niños de CONANI, entidad a la que se dedicó los fondos de esta primera función.
Los detalles que iluminaron los rostros de todos los presentes fueron específicamente la presencia de tantos niños en escena y la majestuosa escenografía diseñada por Fidel López, donde en cada cambio parecía estar en el lugar en cuestión.
Las escenografías que ilustraron a La Isla de Siempre Nunca, el barco Piratanic y el sótano, fueron impresionantes. En estos diseños López reafirmó que es el mejor en este tipo de trabajo en todo el país. Esto junto al vestuario, luces, canciones y coreografías, hizo que La Pinky y los Piratas de Barbanegra sea un montaje de extrema calidad. Lo único que deslució la obra fue la falla en los micrófonos de los actores. En muchos momentos se dejaban de escuchar los parlamentos, sobre todo al final de la presentación.
Hubo nueve canciones, tres de la autoría de Nuryn Sanlley, con arreglos musicales de Dante Cucurullo. Cada tema tenía su coreografía con distintos grupos de baile, mayormente integrados por niñas desde los tres años en adelante.
La trama cuenta la historia de amor de René, quien pierde a su amada Abril en un naufragio. Tras la perdida se convierte en un pirata malvado que junto a su grupo se dedica a robar en todas las islas que encontraba a su paso. La Pinky habita la Isla de Siempre Nunca y con Ganépalo y Pinky Genie desea resguardar el tesoro más preciado de aquella zona virgen.
En esta aventura le ayudan algunos de los piratas de Barbanegra y al final éste, al encontrar su gran amor en aquella isla, se arrepiente de todo el mal que hizo, devuelve los tesoros robados y se queda a vivir allí junto a su amada. La canción que termina el espectáculo es Celebremos el amor.
Elenco
El elenco principal de la obra lo integran Nuryn Sanlley (La Pinky), Anael (Zdenka Kalina), Yelitza Peña Sanlley (Pinky Genie), Iván García) Ganépalo, Dominique Bonelly (Abril), Joseguillermo (Capitán Barbanegra), Jorge Brown (Sócrates), Robert Luis Martí (Bolón), Henry Brito (Pelorojo) y Christian Sabo (Popeye).
