La piratería continúa su marcha indetenible

<p>La piratería continúa su marcha indetenible</p>

Los esfuerzos por enfrentar el negocio, tanto dentro como fuera del país han sido infructuosos

POR JOSELIN RODRÍGUEZ
A pesar de los esfuerzos de las autoridades, la Policía Nacional y la Oficina Nacional de Derecho de Autor (ONDA) por enfrentar la piratería, en las calles de Santo Domingo se pudo comprobar que este negocio continúa muy en boga y a pasos firmes.

Durante un recorrido por la calle París, las avenidas Duarte y Mella y  El Conde Peatonal, se pudo constatar que esos son puntos claves para el negocio que anualmente deja a la industria del cine pérdidas de miles de millones de dólares.

Por piratería se entiende que es la copia de obras literarias, musicales, audiovisuales o de software efectuadas sin el consentimiento de su autor. Este término también se aplica a la venta ilícita de ese material que ha sido reproducido ilegalmente. 

Colocados en mesas o estantes para facilitar a los potenciales compradores una mejor vista de los productos pirateados, sea copias de discos o películas, los vendedores saben que el negocio es bien peligroso y arriesgado. Está penalizado por la ley, lo que conlleva la destrucción total de los productos, multas e incluso  cárcel.

Aunque muchos de ellos se mostraron renuentes a dar su opinión, algunos de los vendedores tuvieron la osadía de expresar su parecer, como es el caso de Rafael Ortiz, un joven que tiene cinco años  en la negativa práctica. Dijo que conoce de las leyes, pero por el momento no tiene otro trabajo que hacer. Los discos más solicitados son los de Aventura, Frank Reyes, Raulín Rodríguez, Anthony Santos, Zacarías Ferreiras, Robin Cariño, Ramón Antonio Torres y los intérpretes románticos y cristianos.

Durante el recorrido, muchos vendedores no permitieron fotografías. Entre ellos se hablan por señas y con una serie de gestos orientaban a  otros  para que no opinaran  por temor a una “metida de pata”. “¡Suéltala, suéltala!”, se le oyó decir a uno que minutos después le dio una reprimenda a un joven que accedió hablar. “¿Qué tú ganas con eso?”, le preguntó. 

“Este es un negocio muy rentable. La gente busca estas películas porque son más baratas,

además, el público ya no tiene que gastar tanto dinero para poder disfrutar de un buen filme si puede verlo tranquilo en su casa”, aseguró una señora que pidió no ser identificada.

Desde hace un año, Ramón Guerrero aseguró que está en el negocio. Informó que tiene un permiso que debe renovar al año. “Aunque hemos abaratado el costo de los videos (de 100 los bajaron a 80), el negocio ha decaído porque hay muchos vendedores y pocas ventas”.

La películas más solicitadas son las norteamericanas y las que están en cartelera, como “Deja Vú”,  “Los infiltrados”, “El ratón Pérez”, “Casino Royale” y los grandes clásicos. También ofertan películas de dibujos animados y de vaqueros. Algunos estantes exhiben el documental “El poder del jefe” y la película “La cárcel de La Victoria”.

El joven Pedro de Jesús de León, con sus dos años de experiencia, asegura que a quienes hay que buscar y atacar es a los grandes mayoristas.

Otro vendedor que no quiso identificarse dijo que no comercia películas dominicanas por la advertencia que han hecho las autoridades.  “Pero, aunque uno deje de venderlas, el público las busca”.

Para los que gustan de películas y no prefieren verlas en los cines, la piratería ha venido como “ayuda” económica. Hay quienes dicen  que los precios de las taquillas son elevados.  Este es uno de los elementos que algunos señalan como una de las causas  para justificar la piratería.         

LA NOTA CURIOSA
Durante el recorrido, a eso de las 5:25 de la tarde, sonó la voz de alarma. No se sabe cómo, pero la alerta movilizó a los vendedores. Un joven que pasaba por la avenida Mella les advirtió que la Policía andaba cerca. No hubo más que decir y de prisa recogieron sus pertenencias, dejando las mesas vacías. Celulares en mano, unos a otros se transmitían la noticia.

¿Por dónde van?,  se preguntaban. Al bajar la marea, como si no hubiera pasado nada, las películas eran exhibidas nuevamente.

OTRAS OPINIONES
El excesivo costo de los discos es un factor que ha influido notablemente en la piratería. Un CD de un artista de moda cuesta desde los RD$400 hasta los RD$895. Mientras que uno de versión económica se comercializa  a 75 pesos. En las calles se puede obtener más barato. Si se baja por Internet resulta todavía más accesible.

Raysa Cabral, empleada de Musicalia, considera que la venta de discos no ha mermado. Basa su opinión en el hecho de si “una persona gusta de su música original, paga lo que cuesta el disco. No estamos vendiendo más por la situación económica”.

Deidania Ferrera, encargada de Thiago´s, sostiene que debido a la piratería la venta de discos ha descendido en un 60 por ciento. Señaló que  por esa situación no están importando CDs, a excepción de la música clásica.

“Lo que estamos haciendo es vender las versiones económicas que hacen algunas disqueras para combatir la piratería”.

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