A PLENO PULMÒN. La pizarra literaria (2)

A PLENO PULMÒN. La pizarra literaria (2)

Los temas tontos e inútiles se propagan como la verdolaga; en ocasiones, periodistas y escritores contribuyen a que se pongan en boga asuntos que bordean el ridículo. Cuando llegan a las primeras planas de los periódicos, el hombre de la calle queda convencido de que son temas de gran importancia social y política, Algunos intelectuales sudamericanos han dicho que España debe “pedir perdón” por el saqueo realizado en América durante la conquista y colonización del Nuevo Mundo. Los antropólogos añaden que deben también “pedir perdón” por el exterminio de los aborígenes americanos, cuyas culturas “interrumpieron” o destruyeron completamente. Nos hablan de “deuda histórica” en sentido parecido al de deuda económica; y esbozan el reclamo de una “indemnización”.

El rey de España, Felipe VI, ha declarado que los hispanoamericanos deben “pedir perdón” por la muerte de los colonizadores que perecieron durante sus guerras de independencia. También se ha creído pertinente que los gobernantes actuales de Alemania, “pidan perdón” por los judíos que fueron a las cámaras de gas, bajo el régimen de Hitler, en la Segunda Guerra Mundial. Un Papa de nuestra época ha “pedido perdón” por las víctimas de la inquisición y los excesos de la Contrarreforma. El actual Papa Francisco, ha “pedido Perdón” por las atrocidades cometidas por curas y obispos pedófilos, en varias décadas, en numerosos países.
Estas ceremonias de arrepentimiento tardío sólo tienen valor publicitario y político. Los niños violados por sacerdotes pederastas, los judíos cremados, los herejes torturados, las etnias exterminadas, los soldados muertos en las guerras, siguen sumidos en el olvido; y el dolor de los deudos en el mismo punto que antes de “pedir perdón”. Las terribles tragedias del pasado admiten únicamente dos cosas: el estupor y una lentísima resignación. Los filósofos afirman que las cosas “son como son”; los historiadores pretenden asegurar que los sucesos “fueron cómo fueron “.
Los crímenes cometidos por Trujillo, las torturas perpetradas por el Servicio de Inteligencia Militar, el asesinato de las hermanas Mirabal, no toleran “perdones por trasmanos”, con intervención de corredores que no participaron en los hechos. ¿Cómo borrar la Segunda Guerra Mundial de la memoria colectiva? Ver al Presidente Obama en Japón, en el “aniversario de la explosión atómica”, es horroroso…y patético.

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