La pizarra literaria 3

La pizarra literaria 3

El “azoteismo” es una actitud mental que amenaza con convertirse en una doctrina; no tiene nada que ver con azotes, ni tampoco con ateos y teólogos. Es una “tendencia”, aristocrática y exclusivista, que consiste en verlo todo desde las azoteas, es decir, desde lo alto de una posición privilegiada. Durante las primeras horas de la mañana, miles de personas marchan hacia sus lugares de trabajo: talleres, oficinas, escuelas, centros comerciales; caminan apresurados y tensos, pues tienen que registrar la hora de llegada a sus diferentes empleos. Casi todos llevan mochilas con alimentos en “loncheras”. La mayoría de ellos no podrá regresar a sus hogares hasta el anochecer.
En muchos casos hacen largas colas para abordar “carros públicos” que los “dejen cerca” de donde trabajan todos los días. No hay más que ver los zapatos que usan, la clase de vestidos que llevan, para saber que el salario apenas les alcanza para comer. Algunas veces, ciertas mujeres jóvenes, montadas en tacones altísimos sobre los cuales mantienen precario equilibrio, intentan presumir de elegantes y “a la moda”. Son excepciones risibles en las filas que esperan transporte. Las gafas y el peinado revelan que, a pesar de los zapatos, el dinero no les sobra. Los tacones no son más que un “alarde de piernas” movido por la coquetería.
Los dominicanos que avanzan por las calles, bien pegados a la tierra, contemplados desde las azoteas de lujosos edificios de apartamentos, parecen insectos de diversos colores, acompañando automóviles, camiones y motocicletas por las avenidas principales. Esos dominicanos son “los que tienen trabajo”, pues hay muchísimos otros, desempleados, que venden chucherías, limpian parabrisas, practican “actos de ratería menor”. ¿La “materia prima” para la literatura puede estar en esas “idas y vueltas del trabajo a la casa”?
Cuando los “azoteistas” bajan al asfalto de cada día, descubren que las mujeres pobres que salen del trabajo, vuelven a sus casas a cocinar, lavar y planchar. Que los días de lluvia, las sombrillas no cumplen bien con su papel de paraguas de emergencia. Zapatillas, sandalias, “tenis”, chancletas, dejan pasar el agua y la tierra a los dedos de las mujeres trabajadoras. Al llegar deben sacar el lodo de sus uñas pintadas. ¿Son infraestructuras literarias?

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