BBC Mundo. Está cubierta de espinas, se asemeja a una palmera y puede llegar a alcanzar una altura de 10 metros.
Pero además, la Pandanus candelabrum -una nueva planta recientemente identificada en Liberia- tiene una característica singular: al parecer, sólo crece en zonas donde hay chimeneas de kimberlita, las formaciones rocosas de origen volcánico que suelen albergar grandes cantidades de diamantes.
«En Liberia -al menos- hemos descubierto una relación uno a uno: cada vez que encontramos la planta encontramos kimberlita», le dijo a BBC Mundo Stephen Haggerty, geólogo de la Universidad Internacional de Florida en Miami, Estados Unidos, y autor del estudio publicado en la revista Economic Geology.
Haggerty cree que la planta se adaptó a estos terrenos porque contienen niveles elevados de magnesio, potasio y fósforo que constituyen un «muy buen fertilizante».
¿Pero equivale entonces hallar esta planta al descubrimiento de un tesoro?
Según Haggerty las muestras no son estadísticamente significativas -todavía- para hacer una afirmación tan contundente.
Además, añade, hay otros requisitos fundamentales que tienen estar presentes.
«Los diamantes están restringidos geológicamente. Sólo se encuentran en las regiones más antiguas de la corteza terrestre (en partes de África, Canadá, Siberia, Brasil)», señala el investigador.
Y la distribución de la familia de esta planta se da en regiones tropicales y subtropicales.
«Entonces, solo si se combinan estos dos elementos, existe la posibilidad de hallar kimberlita, y si encuentras kimberlita, hay chances de encontrar diamantes», agrega.
Las chimeneas de kimberlita son poco comunes. De las más de 6.000 que se conocen, alrededor de 600 contienen diamantes. Y de estas, solo 60 contienen diamantes de la calidad necesaria para justificar el costo de su extracción, aclara el científico.