El MINERD (Ministerio de Educación) tuvo la valentía de publicar en extenso los pobres resultados de las pruebas que se llevaron a cabo para que más de 40,000 bachilleres aplicaran para ingresar a la carrera docente; los resultados alarmaron al país y nos sumerge en un tortuoso torrente de quedarnos en el atraso, ya que las generaciones futuras estarán en manos de un magisterio de limitadas capacidades.

Y eso que se conoce ahora es un arrastre que el sistema educativo, por más reformas que se han implementado y más maestros han acudido a las universidades de intensos cursos sabatinos, peores están saliendo los docentes y bachilleres, que con una limitada formación y horrorosa gramática en profesionales universitarios, habla a las claras de un cúmulo de deficiencias que son intocables en sus existencias por lo politización alcanzada por el gremio de maestros, desde que en 1962 apareció FENAMA, de triste recordación por sus huelgas y pobre calidad del estudiantado que salían de las escuelas para ir a las universidades, institutos diversos o engancharse a maestros como simples bachilleres.

La ADP no ha sido menos que su antecesora, y es ahora, bajo el control del partido de gobierno, que se mantiene tranquila y solo exigiendo aumentos de sueldos y mejores condiciones de pensión, pero calla cuando se entera de que los futuros docentes, y afiliados al gremio, no reúnen las condiciones para enfrascarse con la formación de las jóvenes generaciones que caerán en sus manos y que están en desbandada como chichiguas para un incierto futuro.

En 1962 el crecimiento dominicano e ingreso per cápita era superior al de Taiwán y Corea del Sur, ni se diga de China o de Tailandia, y ahora son los dos primeros que nos asisten con las diversas donaciones y dádivas de su prodigiosa prosperidad, conquistada por poseer disciplina, un sistema educativo insuperable y generaciones de seres humanos dedicados al estudio y hacer grandes sus países, aportándole al mundo los más diversos artilugios para el desarrollo moderno de los pueblos.

Y esas naciones, que ahora nos ayudan y apoyan nuestras actividades más diversas, basaron su desarrollo no solo en la disciplina y amor al trabajo, sino en la educación que obtuvo los apoyos de sus gobernantes autoritarios, que con ahínco superaron las guerras que azotaron sus territorios como fue el caso de Corea del Sur y de Taiwán con la llegada de los nacionalistas chinos desde el territorio continental de China que se afincaron en una isla bajo el sistema colonial portugués cuando se denominaba Formosa.

Pero el sistema educativo dominicano, por más esfuerzos para reorientarlo con inyección masiva de recursos, asesoramiento internacional, y construcción de escuelas todo se ha desmoronado con la rapacidad de la clase política, con poco interés para rodearse de seres instruidos, ya que su objetivo es crecer a la sombra y apoyo de clases ignorantes que sean fácil presa de sus demagogias, y una reserva para mantener grupos de presión constante, como en antaño de los tiempos de Desiderio Arias para presionar a los gobiernos de turno y sacarle dinero para sus cuadrillas de seguidores y su enriquecimiento, pero ahora es con corbata y maletines que el Estado ve perder sus recursos que van a parar a una clase, que en los últimos ocho años ha sabido servirse con opulencia de lo que pagan los miles de contribuyentes.

El resultado de esas pruebas para ingresar a la carrera docente debe mover a una profunda reflexión, en que no solo es buscar maestros que vengan a ayudarnos, sino darnos cuenta que el mal está en nosotros mismos y el carácter político de todas las actividades en torno al magisterio. Y de cómo los políticos controlan todo es poco lo que el gobierno pueda llevar a cabo para enderezar la situación.

Si estuvieran avergonzados iniciarían la reconquista de los valores perdidos basados en la capacitación y la disciplina de una clase magisterial, que si bien ya la mayoría ha acudido a las aulas universitarias para recomponerse, no es menos cierto que cuando ocurren pruebas para captar docentes demuestra la deformación y fallas básicas en miles de jóvenes que provienen de una hornada escolar cuajada de lagunas en un magisterio desmotivado, muy politizado y más interesados en conocer cuándo será su próxima huelga.